La lamentable muerte, durante la madrugada de este miércoles, de los bomberos Alonso Salas Chanduví, Raúl Lee Sánchez Torres y Eduardo Jiménez Soriano mientras intentaban apagar el incendio del almacén del Minsa en El Agustino, ha evidenciado nuevamente las precarias condiciones en las que los bomberos del país deben cumplir sus funciones.  Desafortunadamente, ha debido esperarse a esta tragedia para que finalmente exista la iniciativa política requerida para revertir dicha situación.

En el Perú, el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) cuenta con alrededor de 12 mil bomberos voluntarios. Sin embargo, de estos, solo 6 mil realizan trabajos operativos, pues el cincuenta por ciento restante, o bien desempeña funciones administrativas,  ha pasado al retiro, o no puede presentarse a las emergencias[1]. Al tratarse de un trabajo voluntario, los bomberos no reciben pago alguno por sus servicios. Es por ello que, tal y como menciona el abogado laboralista Germán Lora, “por su trabajo voluntario, los bomberos no están comprendidos en ningún régimen laboral y, por lo tanto, no pueden recibir un beneficio social del Estado”[2].  

Adicionalmente, cuentan con un seguro social de salud, el cual cubre solo los gastos de emergencia hasta la estabilización del paciente, pero no incluye tratamientos posteriores[3]. Además, a pesar de estar amparados por la ley para recibir atención tras los casos de emergencia, en muchas ocasiones, los bomberos no son atendidos, ya que se les exige presentar documentación que acredite su labor. Finalmente, debido a la constante exposición a sustancias tóxicas, los bomberos están propensos a desarrollar cuadros asmáticos, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas e incluso cáncer de pulmón. Por ello, deberían contar con un seguro que no cubra solo aquellas situaciones extremas, sino también sus controles periódicos y cualquier otra condición crónica que surja de sus labores.

En ese sentido, si bien pueden plantearse diversas posturas sobre si debe mantenerse o no la naturaleza voluntaria  (tal como enseña la experiencia en la región[4]), este carácter voluntario no debe escudar una desprotección de las vidas de los bomberos, a raíz del elevado riesgo que enfrentan estos en sus labores. Por ello, consideramos que es deber del Estado (y en lo que corresponde, a la sociedad civil) de plantear medidas que ayuden a paliar ese riesgo.

En primer lugar, la empresa Rímac ha planteado un seguro similar al Seguro Complementario de Riesgo en forma temporal, puesto que las reformas de largo aliento solo podrían ser aplicadas para el año 2017, toda vez que los presupuestos de este año están aprobados[5]. En ese sentido, tal como señaló un vocero de la empresa, este seguro sería pagado por el fondo de compensación del SOAT que administra el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, cubriendo una pensión en los casos de invalidez o muerte. Adicionalmente, cubriría los gastos de curación durante la atención en emergencias. Actualmente, el fondo de compensación del SOAT, el cual es utilizado para atender a las víctimas de accidentes causados por vehículos no identificados, tiene un saldo no utilizado de cerca de 30 millones de soles.

Por otro lado, Carlos Tubino, congresista de Fuerza Popular, anunció esta semana que presentará un proyecto de ley para mejorar la regulación del cumplimiento del servicio de los bomberos dentro de su jornada laboral en otras entidades, sean públicas o privadas, y su protección contra el despido y eventuales descuentos por ausentarse de su centro de trabajo. Adicionalmente, Pedro Pablo Kuczynski mencionó que el Ejecutivo estaría evaluando el otorgamiento de una pensión vitalicia para los bomberos que fallezcan mientras cumplen su labor, lo cual se daría a través de una nueva Ley del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP).

Es cierto que los bomberos no mantienen una relación laboral con el Estado y que su trabajo es voluntario. Es cierto, también, que el Estado suele ser veloz en eximirse a sí mismo de las exigencias laborales que impone a otros empleadores. Sin embargo, ni el carácter voluntario ni las dificultades administrativas o presupuestales pueden ser justificación válida para que tan alto riesgo encuentre una protección tan débil para los bomberos, desde prestaciones médicas hasta la falta de un procedimiento claro que estandarice las horas entregadas a este servicio.

Es, pues, lamentable que se requiera una tragedia para salir de la apatía y llegar al consenso respecto a los problemas que aquejan nuestra sociedad —desde esta historia hasta la muerte de Ivo Dutra y la informalidad en el sistema de transporte urbano o la muerte de Walter Oyarce y la insensata violencia en los estadios. Como parte de la sociedad civil nosotros hemos sido también parte de esa apatía, por lo que es nuestro deber velar que el consenso de hoy lleve a soluciones reales.


[1] http://peru21.pe/multimedia/imagen/t-279334

[2] http://peru21.pe/actualidad/bomberos-voluntarios-asumen-gastos-accidentes-servicio-2210716

[3] Artículo 14o.- Beneficios a favor de los bomberos activos (Ley 26067, del CCGVP).

14.1. Los miembros activos del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú que no se encuentren asegurados bajo las modalidades establecidas por la Ley No 26790, tienen derecho a recibir las prestaciones asistenciales de salud a cargo del Instituto Peruano de Seguridad Social sin costo alguno, así como la hospitalización en los casos de accidentes producidos como consecuencia de los actos de servicio

[4] Solo Perú, Chile y Paraguay tienen el 100% de bomberos voluntarios. Sin embargo, en el caso chileno, hay una mayor cantidad de voluntarios: mientras que  en el Perú se cuenta con un bombero para 1,500 personas, en Chile se tiene a  uno por cada 400 habitantes, lo cual disminuye la carga de trabajo.

Por otro lado, en Argentina, en las ciudades pequeñas predominan los bomberos voluntarios. Sin embargo, en ciudades como Buenos Aires, Mendoza y Rosario, sí reciben un sueldo y se les considera como parte de la Policía. Algo similar ocurre en Ecuador, donde los bomberos forman parte de la Policía Metropolitana y reciben un sueldo mínimo de 800 dólares, pero al mismo tiempo cuentan con un grupo de voluntarios. Por otro lado, en Brasil y México, dependiendo del cargo y de la zona, su salario puede llegar a los 1500 dólares, (Brasil), o 1144 dólares, (México).

[5]http://elcomercio.pe/sociedad/peru/empresa-plantea-mecanismo-dar-seguro-bomberos-noticia-1940654

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