Entrevista a César Bazán, Coordinador del Instituto de Defensa Legal.

Por Adrián Lengua e Ian Forsyth.

ED: De acuerdo con el ultimo Latino Barómetro del 2013 el principal problema de los peruanos es la inseguridad. Casi un 35% de los encuestados cree que la delincuencia está por encima del desempleo o la pobreza. Frente a este contexto, el presidente parece no dar señales claras de que el tema esta jugando un rol importante en la agenda gubernamental. Dijo que crearía el CONASEC, pero hoy día no tenemos noticias sobre en qué quedó. ¿Qué opinión merece el tema? ¿En todo caso, qué medidas se podrían tomar para incrementar la seguridad ciudadana?

CB: Fíjate que, como bien han dicho, el Latino Barómetro, pero también casi todas las otras encuestas dicen que el principal problema del país es la falta de seguridad y la delincuencia. Y, a su vez, cuando hay preguntas sobre la aprobación presidencial, esta cae. Este año ha tenido su caída más profunda. La principal razón para la caída siempre es que no se hace lo suficiente en materia de seguridad ciudadana. Entonces, una de las principales víctimas de la delincuencia por lo poco que hace para combatirla es el propio Presidente, o por lo poco que percibe la gente que se está haciendo en materia de seguridad ciudadana. A su vez, también se han incrementado la tasa de delitos, la de faltas y la sensación de inseguridad de la gente a niveles alarmantes. 9 de cada 10 personas se siente insegura en la calle. La confianza en la policía también ha disminuido como también la confianza interpersonal. Es decir, no solo desconfiamos de la institución encargada de protegernos, sino también de nuestros vecinos. Entonces, todo ese contexto es muy peligroso para el desarrollo del país.

Lo que se está haciendo en materia de seguridad ciudadana a nivel del ejecutivo durante el 2014 fueron, en muchos casos, medidas reactivas. El año pasado, en febrero, tuvimos el asesinato del fotógrafo Luis Choy, el asesinato en la notaría Paino. Entonces, la prensa y los políticos acorralaron al Ejecutivo por lo poco que estaba haciendo y, a partir de eso, las medidas del Ejecutivo para enfrentar la delincuencia aparecieron por montones; sin embargo, la situación igual se mantenía y ha empeorado. Hay tres temas que creo que son importantísimos durante la gestión pasada, la de Pedraza.

Lo primero es la corrupción policial. Para mejorar la seguridad ciudadana tiene que mejorar la agencia encargada de combatir la delincuencia: la policía, y uno de sus problemas es la corrupción. En materia de corrupción se creó un tribunal de disciplina policial-militar que fue una revolución porque está compuesto por civiles cuando, normalmente, estos tribunales están compuestos por policías. Sin embargo, se le permitió muy poco a ese tribunal funcionar durante su gestión. Fueron muy pocas las resoluciones que emitió y la mayoría que emitió estaban solamente vinculadas a suboficiales o oficiales de menor jerarquía. Cero generales, coroneles muy poco, comandantes muy poco. Es decir, la gran corrupción a través de esto no se estaba combatiendo. Sin embargo, sí hubo un gran número de denuncias de corrupción el año pasado, inclusive el inspector general de la policía, uno de los encargados en combatir la corrupción policial, salió por una denuncia de corrupción. Entonces, los casos de corrupción en la policía permanecen y las instituciones que hay ahí para enfrentarla no han avanzado.

Otra cosa es la reforma policial. A fines del 2012 se hizo un anuncio que iba hacerse una reforma policial mediante una serie de decretos legislativos y delegación de facultades. Sin embargo, en materia de reforma policial, se ha avanzado poco también, casi nada. Ni siquiera están los reglamentos de los principales decretos legislativos que se emitieron en el 2012.

Y, lo otro es el CONASEC. Estamos hablando de corrupción policial, reforma policial y el CONASEC como el espacio de planeamiento grande de políticas públicas. Y el CONASEC ha estado abandonado en gran medida. El presidente ha mostrado desinterés, pero también las otras cabezas del sistema. El CONASEC logró sacar un plan en julio del año pasado, pero fue un plan que fue más bien presentado como para decir: “Estamos haciendo algo”. La Defensoría del Pueblo, que es miembro del CONASEC, criticó la formación de ese plan. En ese plan salieron como 5 o 6 versiones preliminares y fue redactado en el gabinete en lugar de ser un plan consensuado por todos los actores del sistema en materia de seguridad ciudadana. Fue sacado el 28 de julio para decir: “Mira este es nuestro plan”. Y, sin embargo, es un plan poco consensuado y un plan que, si bien tiene algunos datos interesantes, si no está debidamente consensuando no puede servir. Entonces, en esos tres aspectos el balance no es muy positivo y esto se refleja en que los niveles de violencia y delincuencia han aumentado.

ED: Durante el gobierno de Alan se propuso a manera de solucionar esta problemática de seguridad ciudadana el aumento de policías en las calles. Lo cierto es que, sin una verdadera capacitación ello no favorece el cambio. ¿Cómo está avanzando el tema de la capacitación de los policías? ¿Cuánto tiempo es necesario para ella?

CB: Mira, la cantidad de policías en las calles, que es lo primero que se planteó, es básico. Nosotros tenemos ahora un sistema de “24×24”, lo que significa que si tu vas a una comisaría y hablas con el mayor “x”, el día martes ese mayor no va estar porque está en su día “franco”. No vas a poder encontrarlo el martes sino vas a poder encontrarlo el miércoles. Y así con todos los oficiales y suboficiales de las comisarías. Ese sistema de “24×24” es un sistema que tiene trabajando a la policía a la mitad de su capacidad. Entonces, eso hay que combatirlo, no necesariamente tenemos que egresar nuevas promociones de las escuelas, sino más bien con los que ya tenemos se pueden hacer algunas cosas y una de ellas es cambiar este sistema. Ha habido un plan piloto para acabar con el “24×24” que fue el plan “Cuadrante Seguro” que se propuso el año pasado y se ha avanzado algo. Los policías muchas veces reciben más trabajando en su día franco para privados que trabajando para la policía. El monto de diferencia creo que es como 30 soles. Reciben 30 soles por día cuando trabajan en su franco para la policía y 60 cuando trabajan para privados.

Por otro lado, en las escuelas de formación para la policía tenemos 2 sistemas. Para los suboficiales son carreras técnicas que duran alrededor de 3 años. Y los oficiales son carreras universitarias que duran unos 5 o 6 años. Entonces, escuelas de suboficiales tenemos alrededor 25 o 26 a nivel nacional y de oficiales que van a llegar a ser generales tenemos una sola escuela nivel nacional. Y los ingresos son en diferentes momentos de acuerdo a su periodo electivo. De las escuelas de suboficiales han salido alrededor de 2500 policías a comienzos de este año. Fíjate que desde diciembre a comienzos de enero se graduaron de las escuelas de suboficiales que están alrededor de Lima un aproximado de 1500 policías. Es un número impresionante, súper alto. En el Perú tenemos alrededor de 110,000 policías en las calles, entonces, 1500 aporta bastante. En cuanto a calidad, sí es deplorable en muchos casos. Es decir, muchas escuelas no cuentan con profesionales adecuados para formar policías. Son muchos suboficiales que no tienen la preparación docente como para enseñar. La propia escuela de oficiales que forma a los que van a llegar a ser generales tuvo el año pasado varios problemas. El director, por ejemplo, tuvo que salir en medio de un escándalo. Es decir, la formación policial sigue siendo de muy bajo nivel. Entonces, preocupa que salgan tantos policías egresados de esas escuelas de oficiales y suboficiales cuando no tienen la formación necesaria.

ED: En una entrevista brindada a un conocido diario señaló la necesidad de implementar “mano dura inteligente” en relación a la creación de normas. ¿Cree que la expedición de leyes o cambios en las leyes existentes son una manera eficiente de reducir la comisión de delitos o genera el efecto contrario y mejora las actividades delictivas a niveles más perfeccionados?

CB: Uno de los diarios producto de la revista Gaceta Jurídica publicó que ha habido alrededor de 500 modificaciones al código penal desde el 91 hasta la fecha y de las cuales la mayoría sirven para aumentar las penas o convertir lo que son faltas en delitos y, sin embargo, del 91 a la fecha, la situación de inseguridad ciudadana ha empeorado. Entonces, las reformas de leyes no muchas veces aportan para combatir el problema de la inseguridad. Generalmente son salidas para enfrentar el problema político, porque la gente está pidiendo mano dura. Entonces, piden que ya no sea cadena perpetua sino pena de muerte, cosas así. Pero, si no tienes instituciones que funcionen, un Ministerio Público y un Poder Judicial que haga cumplir las penas que ya están bastante duras, no vas a tener igual ningún resultado en cuanto a la sanción de los delincuentes. Y, además, creas condiciones para que el sistema colapse porque si mandas a más gente a la cárcel, entonces, las cárceles, que ya tienen a una superpoblación de alrededor de 180% aproximadamente, no van a tener la capacidad para recibir tanta gente y las cárceles van a estar controladas, como muchas cárceles, por bandas de delincuentes. Entonces, llegan presos a las cárceles, conocen y se mezclan con delincuentes de muchas más peligrosidad y desde allí, se coordinan delitos que están por afuera. Hablar de subir las penas y mandar más gente a la cárcel es finalmente contraproducente para una sociedad que busca enfrentar a la delincuencia.

ED: Comprendemos que son las políticas púbicas concretas lo que se debe implementar para combatir la inseguridad ciudadana y no tanto, el lapicero y la ley. Sin embargo, a la fecha, durante el gobierno de Humala, han ocupado el cargo de Ministro del Interior 5 personas distintas. ¿Usted cree que esto puede a veces excederse de las manos estatales como algo incontrolable?

CB: Sí, claro que sí, fíjate que, de los 3 primeros ministros del interior el primero tenía perfil militar y los siguientes perfil político. Y esos 3 cambiaron aproximadamente en 1 año. Luego estuvo Pedraza como un año y medio. Pero claro, lo que necesitas en el sector es estabilidad y poner ministros que se puedan quemar rápidamente es un problema. Ahora, también el asunto es políticamente muy rentable para plantear críticas, porque claro, si la situación de inseguridad es muy intensa, entonces es muy fácil criticar y generar crisis políticas inventadas. Muchas de las crisis políticas que pasaron el año pasado son ciertas, pero otras no. Cuando salió la investigación de Cuarto Poder que estaban rastreando, supuestamente, a Rospigliosi y a Carlos Basombrío, no era verdad. Nosotros pudimos verificar que no era un rastreo a estos actores políticos, sino apuntaba hacia otra cosa. Y esa fue una crisis política que casi se tumba al Ministro del Interior. La oposición también muchas veces hace uso irresponsable de la situación de inseguridad y de la oportunidad de crisis política que ello permite. Claro, necesitamos políticas públicas sostenibles y con ministros que cambian tanto no se va poder generar cosas así.

Ahora, también es cierto que seguridad ciudadana es más que policía. Sí, a la policía le corresponde enfrentar la delincuencia; sin embargo, la seguridad ciudadana es mucho más amplia. Que en las localidades tenga que ver con el trabajo que hace el comisario, sí, pero también el alcalde y los vecinos. Por ejemplo, en el sistema nacional de seguridad ciudadana, los líderes locales son los alcaldes y eso es así porque, por ejemplo, si tu quieres trabajar para reducir los niveles de delincuencia en una pequeña localidad debes trabajar con jóvenes que están en riesgo de pertenecer a pandillas para que no se vayan a las pandillas. Y eso no solo es un trabajo policial, es un trabajo del Ministerio de Trabajo, del Ministerio de Educación y del IPD. Si tu quieres evitar que una cuadra parezca peligrosa, recuperas la calle, la pavimentas, generas alumbrado público, los parques los remozas. Entonces, todo eso no tiene que ver con policías. La seguridad ciudadana tiene que ver con varias instituciones. Cuando pensamos en seguridad ciudadana pensamos en lo que puede hacer la policía: investigación y represión. Pero no pensamos en prevención y todos los otros elementos que la conforman. Como decía, la confianza interpersonal ha bajado, no confiamos en nuestros vecinos. Si yo siento que tengo que poner un montón de llaves a mi puerta para poder salir, porque siento que alguien me va robar y no puedo confiar en mi vecino, eso no tiene que ver con seguridad ciudadana, sino en cuanto confiamos los peruanos en los otros peruanos. Y eso es mucho más que policía.

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