Por Uber López y Camila Masini, alumnos de la Facultad de Derecho de la PUCP y miembros del Consejo Editorial de Enfoque Derecho.

El pasado 28 de julio, durante el discurso presidencial, Ollanta Humala anunció que una de las políticas que se adoptaría en lo que resta de su gobierno era la eliminación del régimen 24×24 de la Policía Nacional del Perú. Es así que en setiembre del año pasado, el Ejecutivo (amparado en la delegación de facultades por parte del Congreso en materia de seguridad ciudadana) emitió los Decretos Legislativos 1213 y 1230, los cuales tienen como objetivo recuperar la exclusividad del trabajo policial y restringir los servicios de seguridad que los efectivos policiales brindan a empresas privadas en sus días libres, aumentando las sanciones si es que estos utilizan el uniforme policial en esta labor.

El decreto 1230, en su artículo 2, establece la modificación del artículo 13, inciso A, del Decreto Legislativo 1148, Ley de la Policía Nacional del Perú. De esta forma, se menciona que una de las incompatibilidades a las que está sujeto el personal policial es “prestar o desarrollar servicios de seguridad privada, en cualquiera de sus modalidades, a favor de personas naturales o jurídicas”.

Por su parte, el Decreto Legislativo 1213 dictamina que la SUCAMEC, (Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil), es la única institución facultada para autorizar y supervisar a las empresas prestadoras de servicios de seguridad privada.

Es importante recalcar que en diciembre del año pasado, el Ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, anunció la implementación de la cuarta etapa del aumento de los sueldos de los policías, paso previo a la eliminación del régimen 24×24. Esta medida, la cual entró en vigencia el pasado viernes 15 de enero, ha sido criticada por muchos sectores de la sociedad y ha ocasionado malestar dentro de la propia PNP. Incluso, un diario mencionó que habría ocasionado la renuncia de cerca de 13 mil policías, cifra que el Ministro  del Interior desmintió posteriormente.

A continuación, analizaremos en qué consiste el régimen 24×24, cómo es que este cambiará y las respuestas al nuevo sistema laboral de la Policía Nacional del Perú.

¿Qué es el régimen 24×24 y cómo cambiará?

Este régimen laboral permitía que los policías trabajaran dentro de su normal función policial 24 horas y que descansaran las siguientes 24. Era en este día franco, (día de descanso), que la mayoría de ellos se desempeñaba brindando servicios de seguridad a empresas privadas con el uniforme y armamento propios de la PNP.

Se entiende que durante las 24 horas que trabajaban para la institución policial, estos debían encontrarse en plena disponibilidad. Para asegurar ello, los policías laboraban, normalmente, cerca de 12 horas diarias y las 12 horas restantes se encontraban descansando en el dormitorio de la Comisaría correspondiente, aguardando en caso de que se presentara alguna emergencia en la que se requiriese su apoyo. Evidentemente, este sistema no garantizaba la mayor efectividad de las labores policiales.

En contraste a ello, los nuevos horarios laborales de la policía funcionarán de la siguiente manera: ocho horas diarias y un día de descanso semanal. Asimismo, el cambio será progresivo, tal y como lo explicó el jefe del gabinete de asesores del Ministerio del Interior, Jaime Reyes, al afirmar que los efectivos policiales, a pesar de la eliminación del régimen 24×24, continuarán con las labores de apoyo a las municipalidades, al SAT y a la SUTRAN. De igual modo, aseveró que todos los convenios firmados con entidades públicas y privadas serán respetados.

Así, es importante resaltar que el sistema de un día de trabajo por un día de descanso se continuará aplicando en las unidades de inteligencia y en las direcciones de investigación policial. Este régimen también funcionará para los agentes destacados en el VRAEM y en los penales; mientras que para cualquier efectivo, que no pertenezca a las unidades ya mencionadas, regirá lo establecido por el Decreto Legislativo 1148. Este establece que aquel policía que brinde servicio de protección, seguridad privada o asesoramiento a favor de terceros, sin que exista un convenio de por medio con la institución, pasará inmediatamente al retiro.

Oposición frente a esta medida

Las críticas contra esta disposición no han tardado en aparecer. El expresidente Alan García, desde su cuenta en Twitter, mencionó que: “Agrava la inseguridad que se ataque a la Policía impidiéndole el trabajo en su día franco sin darle compensación”. Sin embargo, estas declaraciones resultan del todo contradictorias, ya que en el Plan de Gobierno de Alianza Popular, en la página 20, se señala que “implementar la eliminación del sistema 24×24” es una de las propuestas para mejorar la seguridad ciudadana”.

Por otro lado, el diario La República realizó un recorrido por varias comisarías comprobando que un amplio sector de la PNP se opone a este nuevo sistema. La mayoría de los efectivos entrevistados menciona que saludarían la ley si es que recibiesen un aumento de sueldo y no simplemente bonos, los cuales incluso podrían desaparecer ante el inminente cambio de gobierno.

Es esta última crítica la que más preocupación suscita, pues un policía, en promedio, podía ganar entre 2800 y 3000 soles por labores particulares, mientras que con el nuevo régimen de exclusividad laboral solo recibirá un bono de 1100 soles. En definitiva, este cambio representa un duro golpe contra la economía familiar de los policías.

Sin embargo, los aumentos salariales a la PNP, que actualmente estarían en su quinto tramo, servirían para paliar los efectos adversos de esta medida. Claramente se trata de una política que contribuye con la seguridad ciudadana pero ello no puede significar que se ignore el bienestar de los efectivos policiales; por ello, es fundamental que el próximo gobierno asegure la implementación de los aumentos salariales progresivos.

Conclusión

Mediante la reforma del régimen laboral de la Policía Nacional del Perú, con el paso del sistema 24×24 al de 8 horas diarias y uno de descanso, efectivamente se contará con más efectivos policiales en las calles, 33 mil aproximadamente,  dedicándose a resguardar la seguridad ciudadana. De esta manera se podrán implementar planes más efectivos en la lucha contra la ola delincuencial que azota nuestro país. Esto asegurará el bienestar de la ciudadanía y la recuperación de la credibilidad de la labor policial.

Sin embargo, esta medida solo será sostenible si va de la mano con una mayor inversión en el capital humano. Es decir, no solamente con un significativo aumento salarial para la PNP, sino también con la implementación de políticas que aseguren el bienestar tanto de los efectivos policiales como de sus familiares; es decir, garantizarles el acceso a servicios de salud, educación y vivienda de calidad.

Después de todo, no se trata de reparar un hoyo a expensas de crear otro, sino de crecer, sostenidamente, policías y ciudadanos de la mano.

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