Claudia Lovón, Directora de Enfoque Derecho, entrevista a César Landa, ex Presidente del Tribunal Constitucional y Profesor de Derecho Constitucional en la PUCP, sobre el voto preferencial.

CLB: ¿En qué consiste el voto preferencial?

CL: En nuestro sistema constitucional, los derechos de participación política suponen no solamente el derecho de sufragio para elegir a nuestros representantes, sino también el derecho del ciudadano de votar individualmente hasta por 2 candidatos entre todos los que postulan de una lista de un partido al Congreso.

Como el número de curules en el Congreso es de 130 y como todos los candidatos (130) de la lista del partido de su preferencia no ingresarán, uno puede elegir a 2 candidatos de la lista de su preferencia, para que con el voto preferencial recibido, puedan ser considerados como los primeros en ingresar al Congreso del cupo que haya obtenido dicho partido, a pesar de que puedan haber estado en los últimos lugares de esa lista de candidatos del partido.

Entonces, por ejemplo, si un partido obtiene 30 curules, estas no serán ocupadas por los 30 primeros candidatos que el partido inscribió, sino por los que obtuvieron mayor votación preferencial.

Desde esta perspectiva, el voto preferencial permite al ciudadano sentirse mejor representado en el Congreso, porque se le da la opción de elegir, dentro de una lista de un partido, a los dos mejores candidatos, en base a su opción personalísima.

CLB: ¿Cómo surge la figura del voto preferencial?

CL: A la caída del gobierno militar de Morales Bermúdez, se creó el Plan Túpac Amaru (1978) y se convocó a la Asamblea Constituyente que dictó la Constitución de 1979. En ese contexto, una de las críticas que se hizo fue que los partidos políticos de la década de los 60 eran partidos caudillistas. El caudillo terminaba eligiendo quiénes iban a ser los representantes en el Congreso, sin criterios de democracia interna y menos de elección del votante por algunos candidatos de su preferencia que no estaban en una posición como para ser elegidos. En ánimo de contrarrestar ello, se creó el voto preferencial para que los ciudadanos puedan elegir directamente quiénes debían ser sus representantes, dentro de la lista de candidatos del partido al Congreso. La figura tuvo un ánimo de democratizar a los partidos políticos.

CLB: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de tener un voto preferencial?

CL: Las ventajas del voto preferencial están en su origen. La crisis de los partidos se debe a que las oligarquías partidarias han convertido a los partidos en aparatos de organización meramente electoral, antes que de representación popular. En estos no hay vida política, no hay doctrina, ideología, plan de gobierno ni movilización ciudadana, salvo en etapas electorales. Son una apuesta al caudillismo. El voto preferencial por eso tiene como vocación originaria, democratizar al partido al momento de la elección de sus candidatos al Congreso.

Sin embargo, la experiencia ha puesto en evidencia que la crisis de los partidos políticos que antecedió al voto preferencial no ha sido superada, y que en su lugar, el voto preferencial ha llevado a una mayor degeneración. Así, hay partidos que ofertan los primeros puestos de una lista al Congreso al mejor postor, no al mejor candidato; asimismo, hay organizaciones que ponen en subasta su registro electoral para participar en elecciones, para aliarse con fuerzas políticas y así poder participar en la vida pública; ya que no tienen ningún tipo de apoyo ciudadano. Entonces, el problema matriz se encuentra en el funcionamiento del sistema de partidos, donde el voto preferencial simplemente es una consecuencia de ello.

El voto preferencial hace que los candidatos se metan en una carrera por conseguir auspicios y subvenciones para financiar una campaña que les dé más votos. En un país con problemas de lavado de activos como el nuestro, eso ha resultado en que muchos partidos hayan sido financiados, por ejemplo, por dinero ilegal de narcotraficantes. La narco política ha puesto un pie en los partidos políticos.

CLB: Una de las reformas que se actualmente se plantea en el Congreso es la eliminación del voto preferencial, ¿se debe eliminar?

CL: Yo creo que el voto preferencial forma parte del problema, pero no es el problema. Hay otras formas en que los partidos políticos y los caudillos seguirán degenerando la política.

Creo que lo que corresponde es imponer fuertes sanciones sobre los partidos que incorporen en sus listas a personajes con un financiamiento no declarado y oscuro. Asimismo, considero importante la aprobación de la “silla vacía”, porque no solo la persona que ha sido elegida va a ser sancionada por incurrir en ciertos delitos, sino también el partido, porque va a perder esa curul. Eso hace que el partido tome en cuenta a quién convoca en su lista.

CLB: Entonces, ¿sí se debe eliminar?

CL: Yo diría que hay que estudiar el conjunto del problema para ver si esa es la medida más adecuada. Si finalmente el ciudadano logra que los partidos se recompongan democráticamente, el voto preferencial estaría permitiendo justamente que el ciudadano participe directamente. Entonces, el partido debe tener las reglas suficientes para evitar que hayan candidatos que manipulen la obtención de las finanzas privadas, irregulares, a efecto de hacer campaña. La eliminación del voto preferencial solo mantendría el estado crítico de los partidos políticos y sería un obstáculo para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho de elección de manera directa.

CLB: Entonces, si se eliminara el voto preferencial, ¿debe estar precedido de una reforma en su democracia interna y en su financiamiento?

CL: En efecto, yo diría que todo va atado. Las consecuencias son producto de causas. Si vemos la consecuencia, sin ver la causa, mal hacemos, pues se seguirá consolidando la crisis. No es solamente el partido, sino también la ley, pero como los Congresistas no se autorregulan, no existe una verdadera ley de partidos democrática.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí