María Eugenia Yabar es abogada de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Socia del Estudio Olaechea.

Estamos a escasos días de las elecciones regionales y municipales, y la verdad es que me confunden tantos letreros en donde la prioridad es mostrar una sonrisa con una dentadura bien hecha, y no aclarar la existencia  de planes de Gobierno Regional y Municipal que atiendan realmente las necesidades de sus futuros administrados. He visto un panel con un candidato para alcalde con brackets, sonriendo tímidamente, como diciéndonos que promete que para la siguiente elección estará dentalmente más preparado. Son pocos los debates serios, son muchas las sonrisas amables. Estamos en el mejor de los mundos.

Cualquier elección es seria. Elegir a alguien para que administre los tributos que pagamos con los ingresos fruto de nuestro trabajo es algo que debemos realizar con mucho cuidado. Los administrados sabemos que no estamos en el mejor de los mundos.

Averigüemos con cuidado a qué se han dedicado no solo los postulantes a la Presidencia Regional o a la Alcaldía, sino también los miembros de su lista. Qué antecedentes tienen, cuánta experiencia tienen desde el aspecto laboral, si pagan sus impuestos, si asumen con responsabilidad sus compromisos. Acordémonos que cada ofrecimiento es un compromiso exigible. Si no lo cumple en su día a día, no tiene por qué cumplir después con nosotros, pues somos unos completos desconocidos para ellos. Asimismo, en el caso de estar ante una posible reelección, deberíamos fijarnos qué hicieron antes, si lograron un mejor desarrollo de su zona, si promovieron la inversión y el trabajo respetando las leyes. Hay candidatos para alcaldes que indican que protegen la ecología y sus letreros están sobre estacas de ramas que demuestran el sacrificio innecesario de un árbol. Vemos edificios construidos con una altura no permitida y al costado un letrero del actual alcalde sonriendo.

Cada uno de los Presidentes Regionales o de los Alcaldes puede hacer la diferencia. Están llamados a ser promotores de desarrollo en su jurisdicción. Están en sus manos muchas de las autorizaciones y licencias que aquellos que apuestan por nuestro país,  necesitan para poder llevar a cabo el negocio que desean desarrollar dentro de la legalidad. Está en sus manos hacer de su jurisdicción un foco de desarrollo. Ya tienen nuestros tributos, ahora queremos que nos dejen hacer. La cantidad de proyectos parados o demorados por falta de decisión política o, tal vez por ella, es abrumadora y demuestra poco compromiso con sus administrados. Si no hay mucho desarrollo en una zona, debemos preguntarnos si se debe a incompetencia o corrupción, o  tal vez a los dos. Sé que en una municipalidad hay inversionistas que son citados por el Jefe del Área de autorizaciones en la plaza de su localidad, poco compromiso con el administrado, mucho con sí mismo. Esto es serio y no se arregla con una sonrisa.

Creo en el derecho al voto voluntario. El no ir a votar es una expresión de voluntad en sí misma. Ya que el legislador decidió restringirnos esta libertad, procedamos con conciencia. No basta una buena dentadura para lograr el desarrollo, se necesita mucho más.

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