El pasado 10 de marzo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en coordinación con el Ministerio de Salud y el Ministerio del Ambiente, modificaron la tasa del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) de diversos productos como las bebidas alcohólicas y azucaradas, el tabaco, los combustibles, etc. La razón de este aumento es que, según sostienen estas instituciones, las afectaciones que estos productos generan a la salud y al medio ambiente han ocasionado que el Estado no cuente con recursos suficientes.
Ha habido diversas críticas a esta medida por parte de un sector de la opinión pública, principalmente debido a que sostienen que esta medida no logra alcanzar los objetivos que se propone: reducir la afectación que estos productos causan a la salud de las personas y aumentar el erario público mediante la recaudación de más impuestos (según el MEF, la proyección es recaudar S/1.700 millones más).
¿Es realmente idónea la medida para alcanzar los objetivos planteados? Consideramos que no, debido principalmente a que con el aumento de los precios de un producto determinado se genera un aumento del mercado informal del mismo, lo cual termina causando más daño tanto a los consumidores como a los fondos del Estado. Para desarrollar esta cuestión, centraremos nuestro análisis concretamente en las bebidas alcohólicas; sin embargo, el mismo razonamiento puede aplicarse a diversos productos como bebidas azucaradas, cigarrillos, etc.
Con el aumento del precio de un producto se corre el riego de que aumente la oferta informal del mismo. Al respecto, es bastante ejemplificativa la experiencia de Grecia respecto al aumento del impuesto para el consumo de vino. Luego de meses de haber aumentado el impuesto para esta bebida, los estudios mostraron que el 65% del vino que se consumía provenía del mercado ilegal, mientras que las ventas legales solo alcanzaban un 35%.[1] Por otro lado, el riesgo del aumento del mercado informal es aún más grande en países como el nuestro, donde la cultura de la informalidad está ampliamente extendida. De hecho, actualmente en el Perú ya existe un mercado informal de bebidas alcohólicas, el cual puede hacerse aún más grande con la implementación de este tipo de medidas. Según estudios realizados en nuestro país, una de cada tres botellas de licor tiene origen ilegal[2] y sus precios son 30% más baratos que los del mercado formal.
Ahora bien, ¿Cuáles son los efectos que tiene el mercado informal respecto a la salud de las personas y a la recaudación de impuestos? Los efectos que tienen son exactamente opuestos a los buscados por la norma. Por un lado, la producción informal de productos como las bebidas alcohólicas no cuenta con una supervisión de calidad por parte del Estado. De esta forma, se expone al consumidor a riesgos derivados del consumo de productos hechos en condiciones insalubres (uso excesivo de etanol, uso de alcohol industrial, procesos de fermentación dañinos, etc.). Además de ello, se genera un aumento de actividades ilícitas como el contrabando, la falsificación de etiquetas, y producción clandestina o artesanal fuera del registro sanitario. Por otro lado, respecto a la recaudación, la reducción de las actividades económicas formales desprovee al Estado del cobro de tributos. Viendo esta situación en un nivel macro, según datos de la SUNAT, debido a la elusión y evasión de impuestos producto de la informalidad, el Estado deja de percibir hasta el 70% de la recaudación tributaria al año.[3]
En conclusión, la medida propuesta por el MEF consistente en el aumento del impuesto selectivo al consumo no es adecuada para alcanzar los objetivos respecto a la protección de la salud de los consumidores ni al aumento de la recaudación de impuestos. El mercado ilegal impide que el Estado pueda ejercer controles de calidad de los productos, lo cual expone a las personas a consumir en condiciones insalubres. Esta situación es aún más peligrosa en contextos como el nuestro, donde la informalidad está tan extendida. Por otro lado, respecto a la recaudación, con la reducción del mercado formal, hay una porción de tributos que el Estado deja de percibir. Por tanto, debido a la generación de un mercado informal, los efectos que se consiguen son exactamente opuestos a los que la norma busca.
Fuente de la imagen: https://www.eldinero.com.do/49605/los-consumidores-dominicanos-prefieren-tomar-cerveza/
[1] https://www.libremercado.com/2016-12-24/los-impuestos-disparan-el-mercado-negro-del-vino-en-grecia-ya-supone-el-65-del-negocio-1276589183/
[2] https://gestion.pe/economia/tres-botellas-licor-consume-peru-origen-ilegal-72776
[3] https://diariocorreo.pe/economia/estado-percibir-recaudacion-tributaria-787028/