Autor: Renzo Castagnino Abásolo
Miembro del DELAPUENTE Abogados. Ex miembro de la Asociación Civil THEMIS.
El plástico, material muy conocido y usado por todos nosotros, es elaborado por uno de los recursos no renovables más valiosos del mundo, el petróleo, el cual luego de una serie de procesos químicos se transforma en sólidos llamados resinas. Estas resinas son la materia prima que dan origen a todos los plásticos que conocemos y utilizamos día a día, especialmente las botellas descartables que tanto nos “alivian la vida”, pero ¿qué se hace con todo ese plástico descartable? ¿A dónde se descarta?
Lamentablemente es muy fácil comprobar en un simple paseo por las carreteras del país que las botellas de plástico se encuentran dispersas por todo el terreno, mas aún cuando se conoce que éstas tardan en degradarse aproximadamente entre 100 y 1000 años. Parece ser que hasta ahora no se le ha dado la real importancia a este problema o simplemente nos hemos acostumbrado a observar estos paisajes y considerarlos normales.
Para empezar debemos reconocer que gran parte del problema, indudablemente, la tenemos cada uno de nosotros como consumidores finales de los productos contenidos en dichas botellas plásticas. Sin embargo podemos ir un poco mas allá y analizar la responsabilidad que también tienen las empresas que producen o comercializan bebidas en botellas de plástico, así como el Estado por no aplicar la Ley General de Residuos Sólidos y su reglamento para implementar los mecanismos necesarios que permitan evitar o minimizar el impacto ambiental generado por estas.
Hace algunos años cuando alguien quería comprar cualquier bebida en botella de vidrio, tenía dos opciones: o entregaba una botella vacía para canjearla por la que le entregan llena, o dejaba algo de dinero que recuperaba al momento de devolver la botella vacía. Este mecanismo se sigue aplicando en el mercado de las cervezas, pero para las demás bebidas que se comercializan en botellas de plástico descartable este es casi inexistente; pero, ¿sería descabellado utilizar este mecanismo para reducir la contaminación con botellas de plástico? De ninguna manera, sólo faltaría un poco de voluntad por parte del Estado y de las empresas.
El Estado cuenta con las herramientas necesarias para promover la “devolución” de botellas plásticas de los consumidores a sus vendedores, los cuales retornarán a su vez a los comercializadores, que a su vez devolverán a los productores. Una muestra de ello es el artículo 45º de la Ley General de Residuos Sólidos que a la letra señala: “En aquellos casos en que sea técnica y económicamente factible, el Estado, a través de sus órganos competentes, promoverá la creación de mercados de subproductos y que los fabricantes nacionales y distribuidores de productos importados establezcan mecanismos que involucren la participación de los consumidores en la recuperación de envases y embalajes reaprovechables o peligrosos, así como de materiales reaprovechables en general, los que pueden incluir incentivos económicos u otras modalidades. Los establecimientos comerciales donde se expenden productos de consumo o utilización masiva están obligados a facilitar sus instalaciones para dicha actividad de recuperación.”
Como se puede observar, está en las manos del Estado promover la recuperación de botellas plásticas obligando a las empresas productoras y/o comercializadoras de envases plásticos a recuperar la totalidad de sus envases mediante un sistema de devolución o recuperación, identificando desde cuándo la empresa estaría obligada a recuperar sus envases. Para esto es necesario crear incentivos que permitan realizar esta práctica, u otorgar beneficios a las empresas que produzcan y comercialicen sus productos en botellas de plástico reciclado.
Un ejemplo a seguir lo encontramos en España donde una ley (Ley 11/97 de envases y residuos de envases) promueve la recuperación y gestión de los envases, haciendo responsables de ello a los envasadores y comerciantes de productos envasados o, cuando no sea posible identificar a los anteriores, a los responsables de la primera puesta en el mercado de los productos envasados, creando mecanismos de devolución de envases como los usados en las botellas de vidrio o incentivando la devolución con descuentos en los precios.
Otro programa a tomar como ejemplo es el llamado “Give it Back” de Coca Cola, mediante el cual se intenta recuperar el 100% de sus envases en EE.UU para que estos sean reciclados en una planta que convierte botellas usadas en botellas nuevas, incentivando a los consumidores a devolver las botellas colocando puntos de acopio en varios lugares de las ciudades.
En el caso peruano existen algunos avances que demuestran que es posible aplicar estos mecanismos con un poco de voluntad. Una muestra de ello son las campañas de devolución de celulares en desuso (Movistar y Nokia), la recolección de cartuchos o repuestos de impresoras (HP – Planet Partners), o la recolección de envases Tetrapack para luego elaborar planchas de polialuminio que se utilizan para fabricar carpetas.
Entonces, ¿por qué no aplicar masivamente este tipo de programas en el Perú dirigidos a combatir el problema de las botellas de plástico? Como hemos visto, las herramientas e ideas están sobre la mesa, sólo falta voluntad para preparar una solución adecuada a la realidad peruana y, por qué no, volver a un canje de botellas, pero esta vez de plástico.
¿Cómo citar este artículo?
CASTAGNINO ABASOLO, Renzo. “¡Chinito, me cambias estas botellas (de plástico)!”. En: Enfoque Derecho. 4 de mayo de 2010.https://enfoquederecho.com/chinito-me-cambias-estas-botellas-de-plastico/ (visitado el dd/mm/aa a las hh:mm).
Hola, es muy interesante su artículo, es muy cierto que en cualquier parte de la ciudad vemos botellas de plástico regadas, pero tambien me he percatado que muchas personas de pocos recursos económicos, recolectan esas botellas, supongo que lo harán para venderlas en una recicladora, asi que existe un incentivo económico el cual la autoridad competente debe reforzar, saludos…
Gracias por el comentario. Es muy cierto e interesante lo que señalas. No sólo en el caso de las botellas sino en el reciclaje de forma general ocurren este tipo de actividades, sin embargo me temo que no son suficientes para combatir el problema. Sería muy bueno que esta clase de actividades se incentiven y formalicen, creando un verdadero mercado rentable. Como señalaba, opciones tenemos muchas lo que falta es voluntad.