Los datos de Becker son sólidos, pero no son lo que las inferencias pueden extraer de ellos con confianza. En particular, dudo si es posible inferir el valor de una educación universitaria de una comparación entre los ingresos de los graduados universitarios y los ingresos de las personas que no se gradúan de la universidad (voy a ignorar la categoría intermedia – personas con alguna educación superior, pero no con un título de licenciatura o mejor-). La razón es que los adolescentes no son asignados al azar para ir o no ir a la universidad. Los que no se gradúan de las universidades, por tanto, no son un grupo de control válido. No estoy al tanto de si se han hecho esfuerzos para controlar las diferencias de coeficiente intelectual (IQ) en la evaluación del efecto de la educación universitaria en las ganancias.
Supongamos que los rendimientos en relación IQ han aumentado debido al carácter cada vez más tecnológico de la actividad económica (incluyendo las finanzas), el aumento de la automatización de las tareas de trabajo (incluyendo muchos puestos de servicios) y el aumento de la tercerización de puestos de trabajo de baja calificación en manufactura. Esto, de hecho, parece haber ocurrido. Tales rendimientos aumentarían la matrícula universitaria y las tasas de graduación debido a la complementariedad entre el IQ y el entrenamiento de la universidad. Pero el conductor del aumento de los ingresos de los graduados de la universidad sería el IQ y la educación universitaria de chicos de alto coeficiente intelectual, en lugar de la demanda de graduados universitarios como tales. Y, no habría ninguna base para inferir beneficios de la universidad para chicos que no tienen altos IQs.
Este patrón sería consistente con el exceso de matrícula en la universidad, si es que muchos estudiantes universitarios no tendrían la suficiente inteligencia, motivación, energía, etc., para beneficiarse de una educación universitaria, pero fuesen atraídos por los préstamos de bajo costo del gobierno y por el marketing hábil en asistir a la universidad.
Simplemente estoy cuestionando si la diferencia entre los ingresos medios de los graduados de universidad y de los graduados de secundaria (estoy ignorando los ingresos promedio de los adolescentes que no se gradúan de la escuela secundaria) representa necesariamente el retorno a una educación universitaria. Si los ingresos de los graduados de escuelas secundarias están cayendo debido a la menor demanda de estos titulados, porque existe una contracción de la clase de trabajos para los que son adeudados, la brecha entre los ingresos de los graduados universitarios y graduados no universitarios se expandirá aun si no hay aumento de los ingresos medios de los graduados universitarios. Y, puede que no haya un aumento si un gran número de graduados de secundaria se inscribe en la universidad cuando no tienen las cualidades que les permite beneficiarse de una educación universitaria.
Porque, como Becker señala, el costo (de la matrícula y no el costo de oportunidad) de la universidad ha estado creciendo rápidamente. Ir a la universidad es particularmente una mala opción para los niños con pocas probabilidades de beneficiarse de una educación universitaria. Es prácticamente es un costo entero sin beneficios.
Esto me lleva a cuestionar la propuesta de que la deuda de los préstamos federales para la educación universitaria se hará inversa a los ingresos. Ello significaría que si es menor el ingreso de un graduado de universidad, menor será su deuda; pero, si su ingreso es bajo, ¿qué probabilidades hay de que se haya beneficiado de la universidad?
Una mejor idea podría ser el modelo alemán para proporcionar educación técnica en lugar de la universidad. Hay muchos puestos de trabajo de alta cualificación (aunque menos de la que solía haber) que requieren un cuidadoso entrenamiento, pero no una educación universitaria, tales como ser operador de una grúa o controlador de tránsito aéreo o director fúnebre. No sé por qué las personas que aspiran a estos puestos de trabajo, o que no pueden aspirar de manera realista a empleos de clase media-alta, deberían asistir a la universidad, a parte del prestigio y las oportunidades sociales que brinda ser un estudiante de universidad y, especialmente, un graduado de la universidad – no es que esos son dividendos insignificantes de una educación universitaria, pero a menudo no valen la pena el costo, tanto directos como de oportunidad, de la universidad.
Me pregunto qué rol desempeñan los orientadores de secundaria para ayudar a los estudiantes de secundaria a decidir si deben aplicar o no a la universidad. No me sorprendería que un buen asesoramiento resulte en un menor número de aplicaciones.
Y, un último punto: creo que la “educación general” que los colegios imparten tradicionalmente es menos importante que lo que solía ser a causa de la aparición del Internet. El Internet provee a los niños de la primera infancia una inmensa información (incluyendo los recursos culturales), como resultado de lo cual creo que los adultos jóvenes de hoy están mejor informados y son más intelectualmente sofisticados que lo solían ser. Es posible que no necesiten de la universidad tanto como antes, a menos que apunten y tengan aptitudes para una carrera de clase media-alta.