Traducido por Ariana Lira. Republicado y traducido con permiso de los autores. El artículo original se encuentra aquí:http://www.becker-posner-blog.com/2012/05/is-student-debt-too-great-becker.html
Estudiantes de las familias más ricas y algunos de clase media tienen su educación universitaria financiada por sus padres y otros parientes. Los estudiantes de familias más pobres puede que ganen mucho con ir a la universidad, pero tienen problemas en financiar su educación y costos de vida mientras están en la universidad. Es difícil conseguir financiamiento distinto para la educación universitaria ya que una vez que se obtiene la educación esta se convierte en parte de los individuos y, por lo tanto, no puede ser ofrecida como garantía para préstamos comerciales de bancos. Los préstamos estudiantiles patrocinadas por el gobierno han posibilitado a muchos estudiantes de sectores menos favorecidos financiar una educación universitaria.
Esta incapacidad para ofrecer inversiones de capital humano –en particular educación universitaria– como garantía para préstamos comerciales en estas inversiones, incluso cuando los retornos son excelentes, es la “externalidad” fundamental detrás del argumento por el apoyo del gobierno con préstamos estudiantiles. Esta externalidad podría justificar la provisión gubernamental de préstamos estudiantiles, aunque es cuestionable si el gobierno debería garantizarlos.
Los préstamos estudiantiles han incrementado la oferta de personas jóvenes que van a la universidad. En un mercado de educación superior competitivo –el cual describe la situación de Estados Unidos en la que miles de universidades compiten por estudiantes– un mayor número de estudiantes universitarios induce incrementos en el costo de la educación. Sin embargo, el aumento en la oferta de lugares para estudiantes universitarios modera los incrementos de estos costos.
La fracción de estudiantes estadounidenses que obtiene préstamos del gobierno o de prestamistas privados ha incrementado desde inicios de los 90 a aproximadamente 65%, de menos de 40% en aquel entonces. Los préstamos estudiantiles pendientes hoy en día suman aproximadamente $1 trillón. La causa próxima del incremento en préstamos estudiantiles ha sido el fuerte aumento en el costo de la educación en universidades del Estado y privadas durante este periodo de tiempo.
Aunque los estudiantes y sus padres se quejan bastante acerca del aumento en el costo de la educación universitaria, desde los primeros años de 1980 los beneficios monetarios, entre otros, de los estudios universitarios han incrementado incluso más rápido que los costos de educación y otros relacionados. Como resultado, el grado de retorno en educación universitaria en los Estados Unidos –es decir, el beneficio neto respecto de todos los costos– creció en gran medida durante los pasados treinta años. Los retornos netos de la universidad, a pesar del incremento en educación, explican por qué una mayor, no menor, fracción de personas jóvenes está yendo a la universidad que antes del aumento sostenido en los costos de la educación.
Que las ganancias monetarias de la universidad hayan incrementado más rápido que la educación no significa que costos mayores y préstamos estudiantiles más grandes no sean cargas financieras. Estos préstamos siguen siendo una carga, pero es más fácil pagarlos cuando los ingresos de personas con educación universitaria son mucho más altos. Según el New York Times del 12 de Mayo, en el 2011 el promedio de la deuda de préstamo estudiantil era de aproximadamente $23,000, pero el 10% debía más de $50,000, y un pequeño porcentaje debía más de $100,000. Ya que los graduados típicos de universidades de cuatro años o de estudios de postgrado ganan en promedio $30,000 por año más que los típicos graduados de la secundaria, estos graduados podrían pagar completamente una deuda estudiantil de $50,000 en menos de dos años con los mayores ingresos que consiguen de debido a su educación. Los estudiantes que contraen una deuda que excede los $100,000 usualmente han ido a la facultad de Medicina, de Derecho o de Negocios, o han recibido diplomas de doctorado y ganan muy por encima de $30,000 por año más que los graduados de secundaria. Por lo tanto, ellos usualmente también pueden financiar sus deudas estudiantiles más grandes sin mucha dificultad.
Por supuesto, como indica Posner, la recesión prolongada ha dañado los prospectos de ganancias de los jóvenes graduados de la universidad. Muchos de ellos necesitan obtener, y están recibiendo, mayor flexibilidad para pagar sus deudas estudiantiles hasta que las condiciones económicas vuelvan a niveles más normales. Otros con préstamos estudiantiles no ganan mucho porque fueron a malas universidades, o se retiraron de la universidad antes de adquirir muchas habilidades utilizables, u obtuvieron ocupaciones que no pagaban bien. Suprimir las garantías federales de préstamos estudiantiles disuadiría a las universidades de tratar de fomentar deudas excesivas en estudiantes con estos futuros económicos no prometedores. Además, especialmente si las garantías federales fueran eliminadas, los préstamos estudiantiles deberían poder volverse no exigibles por bancarrota personal, de la misma manera en que la mayoría de otros préstamos.
Uno podría, asimismo, experimentar con préstamos estudiantiles que son como acciones; esto es, donde la cantidad a ser pagada depende de las ganancias. Este tipo de préstamos estudiantiles tienen sus propios problemas, pero pueden ser un complemento útil para el presente sistema, en el cual los préstamos están siendo dados con tasas de interés fijas en vez de variables, efectivamente.
No se considera que se encuentren en situaciones económicas muy difíciles las familias jóvenes con préstamos hipotecarios que exceden los $100,000 bajo circunstancias normales, incluso aunque sus casas puedan ser embargadas si no realizan los pagos de sus hipotecas, y estas solo están invirtiendo en medios de vida de mayor comodidad. Las parejas jóvenes que contrajeron un nivel similar de deuda cuando eran estudiantes han invertido en aumentar su capacidad adquisitiva, usualmente en gran medida. Por lo tanto, encuentro difícil de comprender por qué considerables hipotecas son aceptadas mientras existen reproches políticos y mediáticos sobre préstamos estudiantiles comparables que están basados usualmente en inversiones altamente productivas en capital humano.
A pesar de que la educacion en si no presenta una garantia, el potencial que adquiere el estudiante que le permitira conseguir un trabajo bien remunerado si es una opcion de garantia para los bancos. Existen muchos prestamos para estudiantes a devolver despues que el estudiante haya concluido sus estudios y con el fruto de su trabajo.