Por Enfoque Derecho

Durante mucho tiempo en el Perú, la importancia del sector cinematográfico ha sido relegada a temas considerados de “primera línea” como los relacionados a salud, educación, seguridad, entre otros. De modo que, no se ha logrado visualizar al “cine” desde su real amplitud, y es que el cine, más que una forma de expresión artística es un medio depositario de la identidad, la historia y la cultura. Resulta paradójico que, en las últimas semanas, el sector cinematográfico ha sido objeto de opiniones diversas, y no precisamente por su importancia como industria cultural, sino más bien por los cambios que se producirían en el sector a consecuencia del Proyecto de Ley 05903/2023-CR o “Ley Tudela”. La propuesta legislativa aborda varios cambios sustanciales respecto a la vigente Ley de Cine, y su acogida por parte de los gremios de cineastas y trabajadores del sector, no ha sido precisamente, la más favorable. A continuación, se mostrará un panorama general de lo planteado en la “Ley Tudela” y la postura acogida frente a los cambios que se producirían en las producciones cinematográficas nacionales.

Sobre la finalidad del Proyecto de Ley 05903/2023-CR:

El 13 de septiembre del presente año, la congresista de Avanza País, Adriana Tudela, presentó el Proyecto de Ley 05903/2023-CR (en adelante, PL).  En el PL, se han establecido diversas finalidades, empero, todas giran en torno a la promoción de la inversión privada en el Perú a través de la industria cinematográfica. Según se menciona en los fundamentos de la propuesta del PL, es de importancia empezar a generar incentivos para la inversión en producciones audiovisuales, ya que, en la actualidad, el Perú es poco atractivo para la industria, de modo que, se pierden oportunidades de inversión en diversos sectores económicos relacionados como el turismo y hotelería. Según se establece en el PL y confirmado por el pronunciamiento de la parlamentaria Tudela a través de redes sociales, las medidas que se llevarían a cabo para lograr el incentivo extranjero se resumiría en:

  • El monto asignado para el otorgamiento de estímulos tenga un tope del 50% del coste de la producción cinematográfica o audiovisual. Las productoras audiovisuales extranjeras que graben en Perú podrán acceder a este subsidio.
  • Se proponen incentivos tributarios, así las productoras audiovisuales extranjeras podrán reducir el impuesto a la renta, del 50% correspondiente al gasto en servicios audiovisuales, y del 30% del gasto en servicio logístico en territorio nacional.

Según mencionó Adriana Tudela, lo que se busca es mejorar los criterios de los subsidios con la finalidad de generar una industria cinematográfica competitiva, de modo que tanto las producciones nacionales como extranjeras compitan para poder acceder a subsidios, y para ello deberán mantener niveles constantes de innovación y estándares de calidad.

Esta propuesta legislativa, ha generado que los gremios y sectores que se dedican al sector cinematográfico en el Perú se pronuncien en contra de la medida. Respecto al tope de 50% de financiamiento público al que podrán acceder las productoras audiovisuales, cabe recoger lo mencionado por Tito Catacora[1], productor de la galardonada película, Wiñaypacha, quién menciona: “(…) el proyecto de ley limitaría la realización de nuevas películas en lenguas originarias [y] todas las producciones nacionales, porque el proyecto de ley contempla que el Estado solamente debe de apoyar con un 50% para la producción, o sea el rodaje, pero no se dan cuenta de que para llegar a esa etapa hay todo un proceso y la demanda de recursos. Sin esos fondos no vamos a llegar ni a esa etapa”.  Por lo mencionado, se reconoce que si con el otorgamiento del 100% del monto destinado a subsidios -a partir de lo establecido en la ley vigente- no se puede cubrir ni la mitad de los costos en los que se incurre al producir una película, el 50% será un monto insulso, más aún si para acceder al mismo, las productoras nacionales tendrán que competir con compañías extranjeras que gozan per se de un presupuesto mayor.

Impacto en las producciones cinematográficas nacionales:

Para analizar el proyecto de ley hay que tener en cuenta cuál era el estado de la industria cinematográfica antes del Decreto de Urgencia 022-2019[2], una época donde era altamente costoso invertir en proyectos cinematográficos, pues no solo queda observar el hecho de que no existían grandes incentivos que animen a concretar esta clase de iniciativas, sino que la poca inversión que se destinada era acaparada por el sector dominante de esta industria, centralizado en las productoras o iniciativas capitalinas. De ello dan cuenta los reportajes periodísticos que, frente al gran éxito de la película Asu Mare, incitaban a poner en debate cuál era la magnitud de apoyo que sentía la industria del cine en general[3]. Para ello, algunos datos relevantes es que el país destinaba S/. 7.2 millones al sector cinematográfico, presupuesto al que se accedía por medio de un concurso, mientras que el vecino país de Brasil 224 millones de dólares para este mismo sector.

Entonces, surge un debate interesante: ¿Qué clase de representaciones se plasman por medio de estas producciones? Claramente, se debía dar un impulso a la diversidad de expresiones culturales que coexisten en el país, de forma que el estímulo pueda ampliarse de forma constructiva a más sectores, como el de la educación, turismo y no estrictamente agotarse en la industria cinematográfica y audiovisual. Así, con tal fin se publicó el Decreto de Urgencia 022-2019, que plantea la promoción, difusión y preservación de expresiones artísticas que promueven el desarrollo cultural del país, mediante producciones cinematográficas, que reflejan la pluralidad de etnia y culturas que hay en el Perú.

Evidentemente, ello no quiere decir que el presente proyecto de ley vaya a “abrogar” los loables objetivos que ya existen en dicho Decreto de Urgencia, pero claramente le disminuye considerablemente la imperatividad material, reflejada en la efectividad de los resultados conseguidos que ya existe y que constan en el objetivo del Ministerio de Cultura (en adelante, Mincul). En este sentido, los resultado obtenidos se pueden constatar no sólo mediante las películas galardonadas (como Wiñaypacha), sino también mediante aquellas producciones locales que han contado con el apoyo estatal y que son destinadas a un uso pedagógico por parte de los centros educativos y bibliotecas públicas, como el proyecto “Cine en la escuela”[4], donde se proyectan cortometrajes y largometrajes de directores peruanos que reflejan las tradiciones y realidad social del interior del país, de forma que los alumnos pueden tener un acercamiento (por qué no, inmersión) en la forma de vida de lugares ajenos a la zona donde residen.

Ahora bien, observando un poco lo desarrollado, debe darse cuenta que -entonces- la inversión en esta industria no solo ha estado concentrada en los gastos de producción, sino también en los de distribución. No obstante, el proyecto de ley planteado por la congresista Tudela restringe la inversión solo a la primera etapa; ¿cómo es posible, entonces, estimular el éxito de estas producciones si la última etapa deben costearla los propios productores? Además que, en cuanto a la primera etapa (de producción), el proyecto de ley plantea un tope de 50% de apoyo sobre los costos del mismo. Evidentemente, no son las producciones más costosas las que se verán perjudicadas, sino aquellas cuyos productores tengan menos presupuesto, independientemente de cuánto cueste el film en sí. Sobre este último punto, vale la pena revisar una observación de la economista Alejandra Costa para El Comercio[5], quien señala que, “al establecer ese tope usando un porcentaje, se permitiría que una cinta cinematográfica y culturalmente valiosa con un presupuesto bajo no se realice porque su director no pudo completar el otro 50% del presupuesto; mientras que, otra producción podría obtener el equivalente al total del presupuesto de ese otro filme solo porque su costo de producción es el doble”. Valorando esta observación, es posible deducir que, entonces, el sector más perjudicado serán aquellas iniciativas y productoras con bajos recursos o que recién están ingresando en este mercado y que, por lo general, se concentran en el interior del país y que acceden a los actuales recursos -siempre- en el marco de concursos y proyectos que el propio Ministerio de Cultura promueve. De forma que, no solo se reducen los incentivos para realizar esta clase de producciones con matiz cultural, sino que el objetivo de dar a conocer la realidad del interior “conectando” el país, queda seriamente afectado.

Conclusiones:

Es loable la iniciativa del congreso de pretender dinamizar la economía, sin embargo, acciones como esta deben guardar un marco de cuidado al progreso cultural ganado con las medidas actuales. La industria cinematográfica y audiovisual es una de ellas y se presenta de forma claramente estratégicas, pues por medio de estas producciones que tienen (y deben tenerlo, al menos para acceder al apoyo económico del Mincul) un claro matiz cultural, no solo agotan su radio de acción en su misma industria, sino que apoyan al sector educación y turismo, por decir los más representativos. Modificar ello no tiene por qué implicar un retroceso, todo lo contrario, puede potenciar sus alcances invitando a la participación del propio sector implicado, que son quienes tienen más información perfecta de esta industria y conocen hasta las más mínimas consecuencias porque son ellos los primeros afectados. No es lejano, finalmente, invitar a replantear la técnica legislativa que debe tener este proyecto de ley en el marco del principio de igualdad y un correcto entendimiento de las acciones positivas del estado, que deben de ser entendidas en sus efectos materiales y estructurales, y no meramente formales o técnicos.

Editorial escrita por Dayana Martínez y Mercedes Bueno


Fuentes:

[1] https://www.infobae.com/peru/2023/09/29/discriminacion-positiva-el-absurdo-concepto-de-adriana-tudela-para-atacar-al-cine-regional-y-en-lenguas-indigenas/

[2] https://.cultura.pe/wp-content/uploads/2019/12/Decreto-de-Urgencia-Cinematograf%C3%ADca-y-Audiovisual.pdf dafo

[3] https://rpp.pe/cine/peru/el-cine-peruano-entre-el-crecimiento-y-la-necesidad-noticia-1024744?ref=rpp

[4] https://www.casadelaliteratura.gob.pe/cine-la-escuela-educar-la-mirada-desde-lenguaje-audiovisual/

[5] https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/en-los-zapatos-del-otro-por-alejandra-costa-noticia/?ref=ecr