Por Norma Ortega Valdivia, abogada por la Universidad Católica de Santa María de Arequipa, con Diploma en Gestión Pública en la PUCP y especialización en Perspectiva de Género en la Universidad de Castilla -La Mancha, España. Cofundadora de la asociación civil Kumpay – Acción por los derechos humanos.

La discriminación estructural hacia las mujeres es un problema público reconocido en la Política Nacional de Igualdad de Género [1] que se traduce en distintos tipos de violencia. Este problema, pese a los compromisos asumidos por el Estado peruano y las leyes aprobadas, no es ajeno a nuestra clase política. 

Esta realidad se ha evidenciado recientemente con las reacciones alrededor de la denuncia realizada por la congresista Patricia Chirinos en contra del premier Guido Bellido, quien le habría dicho “solo falta que te violen”, luego de escuchar que ella había estado casada, divorciada y ahora viuda. 

Al respecto, en lugar de exigir una investigación exhaustiva de estos hechos que podrían calificar como acoso político, algunas autoridades han abordado la denuncia reproduciendo una serie de prejuicios y estereotipos de género. Así, no faltaron los cuestionamientos sobre el pasado personal y/o sentimental de la congresista, la oportunidad de la denuncia y la justificación de la agresión verbal detrás del “humor”. 

Por otro lado, el debate público en medios de comunicación y redes sociales también ha visibilizado temáticas de necesaria discusión, incluso dentro del propio movimiento feminista, como por ejemplo “la cultura de la cancelación”, la instrumentalización del activismo para fines políticos y la sororidad selectiva. 

Ante este escenario, resulta necesario esclarecer ciertos estándares no negociables al momento de abordar una denuncia de violencia de género. Para ello, presento algunas reflexiones sobre los principales aspectos que se han polemizado en el debate público alrededor del caso denunciado por la congresista Chirinos.

  • No, las mujeres no debemos “pensar en los hombres” antes de denunciar violencia

Luego de negar las acusaciones en su contra, durante una entrevista el premier Bellido se dirigió a las mujeres del país para recomendarles pensar en sus familiares hombres antes de denunciar una agresión. Al respecto señaló: “Uno, a veces, antes de ponerse en eso, tiene que pensar. Tiene un padre, tiene un hijo, tiene un hermano. Entonces, si yo fuera mujer digo qué pasaría si a mi hijo le dijeran eso, a mi padre si por alguna situación le dijera eso, o a mi esposo” [2].

Si bien el premier aclaró posteriormente que sus expresiones se refieren a las denuncias falsas de violencia, sus declaraciones pueden enviar un mensaje peligroso y equivocado a las mujeres. Lamentablemente, no son pocos los casos en los que las víctimas se desaniman de denunciar la violencia sufrida por consideración al agresor. 

Al respecto, la experiencia dicta que, cuando una mujer denuncia violencia, no es infrecuente reproches contra la víctima por no cumplir con el mandato de mantener unido al grupo familiar. Todo ello genera una sensación de remordimiento de la víctima por tales consecuencias, a lo que se suma, en otros casos, la presión ejercida sobre ésta por la familia y por el abusador [3]. Asimismo, ello no solo sucede dentro del ámbito familiar, sino también si el agente es cercano a la víctima por motivos de confianza, o haber tenido una relación de autoridad, o también por móvil de temor a represalias en caso de residencia próxima del agente respecto de la víctima. 

En consecuencia, resulta imperativo señalar que, si bien las víctimas de violencia no están obligadas a denunciar, esta decisión no debe basarse en el daño que su denuncia podría generarle a su agresor. Reforzar esa idea solo promueve la impunidad de la violencia de género.

  • Bromear sobre violencia sexual es contribuir a la cultura de la violación

De acuerdo al testimonio de la congresista Chirinos, hubo otros congresistas que presenciaron la agresión, dentro de ellos Jaime Quito quien al momento de ser consultado sobre el tema señaló que recuerda que estuvieron “bromeándose” [4]. Si bien el congresista aclaró posteriormente que no recuerda las palabras exactas del diálogo, sus declaraciones generaron un fuerte debate en torno al humor alrededor de las violaciones sexuales.

Lamentablemente las “bromas” sobre violencia sexual no son escasas en nuestra sociedad. Las encontramos presentes en ambientes deportivos, artísticos y por supuesto políticos, pero estas no son inofensivas. A lo largo de la historia, la violación ha sido utilizada como arma de guerra y opresión. Se ha utilizado para degradar a las mujeres y a sus comunidades, y en la limpieza étnica y el genocidio [5]. ¿Es posible hablar de un humor inofensivo sobre un acto de tal gravedad?.

Todo lo contrario, banalizar la violencia la normaliza y vuelve permisible. Las violaciones sexuales son un fenómeno íntimamente ligado con el ejercicio de la masculinidad tradicional en una sociedad machista que privilegia al varón por sobre la mujer a través de objetificación y deshumanización de la segunda [6]. En consecuencia, los chistes sobre violaciones constituyen una práctica que normaliza el sometimiento sexual de la mujer. 

  • El pasado personal, sexual o político de la víctima es irrelevante al momento de evaluar su denuncia

La Comisión Interamericana en su Informe Acceso a la Justicia para mujeres víctimas de violencia en las Américas, señala que la influencia de patrones socioculturales discriminatorios puede dar como resultado una descalificación de la credibilidad de la víctima, ya sea por su forma de vestir, su ocupación laboral, conducta sexual, relación o parentesco con el agresor, lo cual se traduce en inacción por parte de los agentes estatales encargados de atender la denuncia [7].

En consecuencia, exponer la vida personal y/o sexual de las mujeres que denuncian violencia, en particular violencia sexual, es una estrategia recurrente que busca deslegitimar los testimonios de las mujeres que denuncian agresión. El caso de la congresista Chirinos no fue la excepción. A través de medios de comunicación y redes sociales se difundieron una serie de imágenes sobre su último matrimonio, enfatizando la diferencia de edad que tuvo con su fallecido esposo.

No obstante, este tipo de estrategias cobran mayor gravedad cuando la ponen en práctica autoridades con capacidad de decisión sobre políticas que afectan directamente la vida de las mujeres. Tal es el caso de la congresista Elizabeth Medina, presidenta de la Comisión de la Mujer, quien al momento de ser consultada sobre el tema señaló que “debe considerarse el pasado de la congresista Chirinos, hija de Enrique Chirinos quien participó de los vladivideos”[8].

Estas expresiones demuestran una preocupante ausencia de perspectiva de género en la titular de la Comisión en la que se debatirán los principales proyectos de ley para proteger los derechos de las mujeres. Cabe señalar que el Tribunal Constitucional ha sido claro al señalar que la perspectiva de género es vinculante a todas las entidades estatales al analizar los casos sobre los que se tiene competencia, pues ello permite combatir estereotipos de género que alimentan la discriminación estructural contra las mujeres y que puede constituirse en una barrera en el acceso a la justicia de las víctimas [9].

  • Nunca es tarde para denunciar violencia de género

De acuerdo a la versión de la congresista Chirinos, la agresión sucedió durante las negociaciones sobre las oficinas que serían asignadas a cada congresista, es decir semanas antes de que Guido Bellido asuma como premier. Los hechos fueron denunciados por la congresista ante el pleno del Congreso, el día que el premier acudió a solicitar el voto de confianza a su gabinete, sin embargo, no captó la atención pública hasta que fue entrevistada en un medio de comunicación días después.

Ante ello, la presidenta de la Comisión de la Mujer, Elizabeth Medina, cuestionó la oportunidad de la denuncia señalando: “¿Cuál es el motivo que recién está sacando todos estos actos? ¿Por qué no lo hizo prácticamente a los días o al instante?, los agravios deben ser denunciados en el acto, mas no pasado mucho tiempo».

Al respecto, un estudio realizado por en España sobre el tiempo que tardan las mujeres víctimas de violencia en verbalizar la agresión concluyó que  el “miedo al agresor”, citado por un 50% de las mujeres, es el factor con mayor incidencia y, por tanto, el que más influye en la decisión de verbalizar y/o denunciar, retrasando o impidiendo esta decisión. Sin embargo, con un porcentaje similar, le sigue la creencia de que “lo podría resolver sola” con un 45% de las respuestas. Asimismo, el tercer motivo más citado (36%), y que además se puede asociar al segundo, ha sido “porque no me reconocía como víctima de violencia de género” [10].

En consecuencia, son diversas las razones que pueden llevar a una víctima de violencia de género a demorarse en denunciar la violencia sufrida, por lo que el momento de la denuncia no es un factor para evaluar la credibilidad del testimonio. 

Reflexiones finales

La presencia de estereotipos y prejuicios de género en autoridades con capacidad de decisión sobre las leyes y políticas públicas proteger los derechos de las mujeres, es una bandera roja que avizora un panorama desalentador y riesgoso en el camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Ante ello, corresponde ser firmes en rechazar toda forma de violencia que perpetúe las normas y cultura institucional que refuerzan la situación de inferioridad o subordinación de las mujeres. 

La denuncia realizada por la congresista Chirinos amerita una investigación exhaustiva e inmediata por parte de la Comisión de Ética del congreso. La única forma de avanzar en el camino hacia la erradicación de la violencia de género es ser mostrar tolerancia cero a las conductas que la perpetúan o trivializan, especialmente si son cometidas por funcionarios públicos. Banalizar las violaciones sexuales detrás del humor la vuelve permisible, minimiza la importancia del consentimiento, relativiza la violencia y contribuye a su impunidad. 


Referencias:

[1] Decreto Supremo Nº 008-2019-MIMP

[2] Noticia disponible en: https://exitosanoticias.pe/v1/premier-bellido-patricia-chirinos-creo-se-lo-imagino/ 

[3] Corte Suprema de Justicia. Acuerdo Plenario N° 1-2011/CJ-116, fundamento 24.

[4] Noticia disponible en: https://gestion.pe/peru/politica/jaime-quito-sobre-denuncia-de-patricia-chirinos-no-puedo-ser-testigo-de-algo-que-no-he-escuchado-guido-bellido-nndc-noticia/

[5]  ONU. 16 maneras de enfrentarse a la cultura de la violación. 2019. Disponible en:  https://www.unwomen.org/es/news/stories/2019/11/compilation-ways-you-can-stand-against-rape-culture

[6] VARELA, Nuria, 2008 Feminismo para principiantes. Barcelona: Ediciones B. 

[7]  OEA. Relatoría sobre los derechos de la mujer. Informe Acceso a la Justicia para mujeres víctimas de violencia en las Américas, párr. 155.

[8]  Noticia disponible en: https://elcomercio.pe/politica/elizabeth-medina-presidenta-de-la-comision-de-la-mujer-tras-denuncia-de-patricia-chirinos-cual-es-el-motivo-por-el-que-recien-esta-sacando-estos-actos-guido-bellido-peru-libre-nndc-noticia/

[9]  Tribunal Constitucional. STC Exp. N° 01479-2018-PA/TC. Párrafo 9.

[10] Gobierno de España.  Estudio sobre el tiempo que tardan las mujeres víctimas de violencia en verbalizar la agresión. 2019. Disponible en: https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/investigaciones/2019/pdfs/Estudio_Tiempo_Denuncia4.pdf

Fuente de la imagen: Oveja Negra