Por Luis Pizarro Aranguren, Socio del Estudio Pizarro, Botto & Escobar Abogados. Ex dirigente deportivo.

Los amigos de Enfoque Derecho me piden una nota con breve opinión sobre los efectos de una ley pro sociedades anónimas para los clubes de fútbol en Perú, en el actual contexto.

Vamos al grano: el fútbol puede ser un gran negocio.En muchas partes del mundo (lamentablemente, Perú no es el caso todavía), es una industria económicamente fuerte, rentable y poderosa. En todos estos países con fútbol exitoso, la premisa básica es que la estructura legal de los clubes tiene una lógica corporativa, capitalista o societaria.

Sin duda el tema es más complejo que limitarse a convertir los actuales clubes bajo la estructura de asociaciones civiles sin fines de lucro (entidades con incentivos internos más políticos que económicos) en sociedades anónimas, pero, para simplificar, la idea matriz está en generar esquemas de organización de los clubes con propietarios o responsables económicos que además de dirigentes futbolísticos tengan interés empresarial.

La fórmula de cambio no es un secreto ni un fenómeno insólito y ha funcionado muy bien en algunos países en los últimos años (España, México, Chile, Colombia, entre otros) con diagnósticos previos de situación muy similares a lo que ocurre en el fútbol peruano actual: clubes altamente endeudados con el fisco, altos niveles de corrupción en los dirigentes, gestiones económicas deficitarias (se gasta más de lo que ingresa), pobres resultados deportivos, carencia de nuevos valores, producto fútbol devaluado, nula credibilidad dirigencial e incapacidad para generar nuevos recursos (marketing, venta de jugadores, etc.).

Si bien no hay data seria, pública o transparente que lo evidencie con sustento preciso, se estima que la industria del fútbol en Perú no acumula ingresos anuales superiores a 25 millones de dólares si sumamos auspicios, televisión, taquilla, venta de derechos económicos de jugadores y otros. Está claro que si repasamos lo que ocurre en cualquier país con fútbol desarrollado los números se multiplican y por mucho. Basta hacer mención del emblemático y cercano ejemplo chileno y especialmente con el Colo Colo que pasó de la situación de quiebra al manejo societario eficiente, las inversiones razonables, los éxitos deportivos, la venta de derechos económicos de jugadores al fútbol europeo en valores importantes y finalmente, como consecuencia, el reparto de utilidades a su miles de accionistas.

En Chile el cambio partió  de una iniciativa firme del Estado que dictó una ley y los clubes profesionales chilenos debieron adecuarse obligatoriamente. Los clubes debían convertirse en sociedades anónimas o firmar contratos de gerenciamiento o la creación de fondos de deporte profesional. Como consecuencia, de los 20 clubes de Primera División: 11 optaron por convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas bajo la supervisión de la Superintendencia de Valores y Seguros de Chile.  En complemento, las empresas gerenciadoras cotizan en la Bolsa de Valores de Santiago, las deudas tributarias se refinanciaron en largos plazos de hasta 20 años, se impusieron capitales mínimos para los clubes y obligaciones de responsabilidad personal patrimonial de los dirigentes de clubes no convertidos en sociedades anónimas. Hoy Chile vive una actividad económica futbolística creciente y rentable, y se prepara para competir en el próximo Mundial en Sudáfrica luego de un envidiable proceso de clasificación eliminatorio.

Un ejemplo similar en términos regulatorios y de cambio de estructuras, pero obviamente con dimensiones mayores fue el español donde se dicto una ley en 1991 para obligar a los clubes a cambiar. Los clubes tuvieron que convertirse en sociedades anónimas de manera obligatoria, sólo permanecieron como asociaciones civiles el Real Madrid, Barcelona y Athletic de Bilbao porque demostraron y garantizaron que podían terminar con balances económicos positivos. El resto de los equipos fueron comprados por grupos económicos privados o en algunos casos por las Comunidades Autonómicas. La deuda con el fisco se condono en parte y se fracciono a 30 años en otro porcentaje. Los equipos que no encontraron inversionistas fueron donados a las categorías amateurs. Finalmente se potencio la LFP (Liga de Fútbol Profesional) que es absolutamente autónoma de la federación española.

Finalmente, un ejemplo intermedio fue el mexicano que nació desde la iniciativa privada, pues los grandes grupos económicos tomaron el control del fútbol; de esta forma las cementeras, los canales de television y las cerveceras, principalmente, crearon una estructura cerrada y monolítica. En algunas casos, como Pachuca y Torreon, las gobernaciones también cumplieron roles de propietarios pero aceptando las condiciones establecidos por el Club de Presidentes que lo controlan las empresas grandes. Aquellos equipos que no pueden pagar sus deudas tienen que obligatoriamente ser vendidos o pierden el derecho a participar del torneo de primera división.

¿Cómo citar este artículo?

PIZARRO ARANGUREN, Luis. El fútbol peruano como negocio. En: Enfoque Derecho. 25 de enero de 2010. https://enfoquederecho.com/el-futbol-peruano-como-negocio/ (visitado el dd/mm/aa a las hh:mm).

1 COMENTARIO

  1. Me parece interesante y real el articulo del Dr. Pizarro, pero me gustaria conocer su opinion o la del Dr. Botto , con relacion a lo ambiguo de las Bases y Reglamentos tanto para el futbol profesional o como para la Copa Peru, que en algunos casos son facilmente manipulados, y su interpretacion va mas alla de la logica, de los que domingo a domingo vamos al Estadio.