En esta ocasión, Enfoque Derecho entrevista a el Padre Lenin Vásquez Soplopuco, integrante de la congregación Pro Ecclesia Sancta y capellán adjunto de la PUCP, sobre temas como la concepción de la iglesia sobre la familia, su fundamento y el matrimonio.

Para la iglesia católica: ¿Qué es la familia y cuál es su fundamento?

Primero, cualquier opinión que emita está sujeta al Magisterio de la Iglesia, y para ello me remito a los documentos del mismo acerca de la familia (la Encíclica “Casti connubi” de Pío XI, la Constitución pastoral de Concilio Vaticano II: Gaudium et Spes, la Encíclica “Humanae vitae de Pablo, la Exhortación apostólica “Familiaris Consortio” de Juan Pablo II, la “Donum vitae” de la Congregación para la Doctrina de la fe, etc…). En la iglesia, la familia ha tenido un campo de estudio, pues ha reflexionado seriamente  acerca de ella, siempre en función a la enseñanza de Jesucristo.

La primera base de la reflexión teológica de la Iglesia sobre la familia sería, pienso yo, la Santísima Trinidad. El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Ello ya nos muestra un Dios que es comunidad, no un Dios solitario que está lejos y no conoce el amor interno y comunitario. Dios mismo es comunión de amor y, por lo mismo, prepara al hombre a la comunión de amor. Eso es el seno de la Santísima Trinidad, la vida íntima de Dios, comunidad de Amor que es nuestro destino, nuestra meta, nuestra salvación. Y Dios para eso crea la familia para que el hombre experimente dicho amor.

Jesucristo mismo, con su ejemplo, nos habla de ello. Los años perdidos de Jesús o la llamada vida oculta, de los cuales tanto se preguntan, nos muestran el valor de la vida cotidiana y familiar. El catecismo tiene una respuesta clarificadora al respecto (n. 531-534), Jesucristo no tuvo que prepararse extraordinariamente, pues la verdadera preparación para  su misión fue la sujeción a su familia. Vemos, pues que Dios mismo hecho hombre se preparó en el seno de la familia:

La vida oculta de Nazaret permite a todos entrar en comunión con Jesús a través de los caminos más ordinarios de la vida humana: Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. .. Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu… Se nos ofrece además una lección de vida familiar” (Catecismo de la Iglesia Católica n. 533).

Por eso, la Iglesia ve a la familia como el lugar primero de santificación del hombre. Lamentablemente se ha reducido a la familia a una cuestión social, convencional, cuando en realidad es parte esencial del desarrollo humano. La Iglesia por eso le da ese lugar tan relevante, Dios mismo se pone como ejemplo ya sea en su vida íntima (la Trinidad) o la familia (la vida oculta de Jesús) para que el hombre se desarrolle en la familia con verdaderos valores cristianos, como base para un desarrollo pleno en su vida.

Quisiera poner hincapié en algo: la familia no es algo convencional, o pasajero que pueda cambiarse al viento de cualquier doctrina llamativa con apariencia de muy racional o en virtud de una falsa libertad, es esencial al hombre y constitutivo del ser humano.

¿Qué podría decirnos de las nuevas conformaciones familiares sean monoparentales, ensambladas, etc.? ¿Se mantiene la concepción que usted considera una verdadera familia?

La familia es preparación para comunión con Dios, la superficialización de la familia ha causado que se la vea como un lugar de paso, de tal forma que ya no es importante el amor de un padre o una madre. Esto hace que los muchachos cada vez sean un producto de la sociedad (sin darle una connotación negativa) y no del amor de sus padres. Es muy importante que no se pierda el rol da cada una de las instituciones en la comunidad humana, la sociedad civil debe buscar el bien común, la familia debe formar en la persona humana sus valores esenciales y relaciones básicas. En una familia monoparental, siempre existe una carencia, a pesar del amor que tanto madre o padre solos le puedan dar al hijo.

La iglesia usa mucho el concepto de orden natural como sustento para su concepción de distintas materias ¿Qué es el orden natural?

La iglesia no contradice la razón natural, antes bien la toma en cuenta como base para todo. Mucho antes de Jesucristo ya se hablaba del Logos, que se veía como el orden natural de las cosas, una especie de ley universal, y le llamaban hibris al trastocamiento de la razón u orden natural. Por ejemplo, a Sócrates lo condenan por ir en contra del orden que reinaba en la polis (ley natural). La ley natural no es invento del cristianismo. Lo menciono pues se la ha llegado a confundir con el iusnaturalismo racionalista moderno, el cual el fundamento sería la razón humana, cuando la ley natural no es más que el orden de la creación misma. En todos los aspectos hay siempre un orden natural aunque no podamos verlo, en los acontecimientos más sencillos y aparentemente aleatorios, algunos científicos hablan acerca del azar, pero al dar a conocer un avance en las investigaciones y mostrar “descubrimientos”, no hacen otra cosa que descubrir las leyes que ya están escritas, ellos no las escriben, ellos leen esas leyes en el “libro de Dios”, como se menciona en libro del físico-matemático Roger Penrose[1].

Charlando con un físico hace algunos años, me decía que a veces lo marcaban como ateo cuando en realidad, más bien sería “agnóstico”, porque no podía ser ateo ya que su labor como físico teórico era hacer modelos matemáticos con el fin de explicar los fenómenos naturales y justamente este trabajo le llevaba a afirmar la existencia de una inteligencia superior de la cual proviene todo. Esto nos puede dar una idea del orden establecido en la creación.

En cuanto al orden del pensamiento, también hay un orden natural, de tal manera que si no se siguiese no se podría pensar, menos aún hablar. Hablo de principios tales como el de no contradicción, causalidad etc. Para poner un ejemplo un caso en el derecho mismo, “alguien no puede ser culpable y no culpable al mismo tiempo”. El principio de la causalidad, que a veces se formula como: “todo efecto tiene una causa” ó “lo que todavía no es no comienza a ser sino por la acción de lo que ya es”[2]. Este es un principio más que evidente, sin embargo en el mundo moderno hasta se ha puesto en tela de juicio, en base a un criticismo fuera de sentido pues se puede hacer crítica de prácticamente todo pero criticar tus propias bases te deja sin piso para seguir hablando, todo se relativiza y nadie podría conocer la verdad. Este pues es el orden Gnoseológico.

Podríamos decir que hay un  Tercero: el Orden moral. Existen  leyes básicas, que sin las cuales ni siquiera puedo seguir avanzando en nuestra vida. A eso le llamamos ley natural: “haz el bien y evita el mal” (en su formulación más básica). Incluso los mandamientos son de ley natural pues incluso podríamos comparar dichas leyes con diversas culturas, incluso con los incas. De ahí que podemos decir que si uno va en contra de la naturaleza… el único perjudicado es aquel que comete dicho error y obviamente quienes arrastre con el mismo. Un ejemplo en un campo bastante polémico: en cuanto a la sexualidad, se dice que el sexo es “El Conjunto de características biológicas y fisiológicas, básicamente innatas (es decir, desde el nacimiento) [3], que diferencian a mujeres de hombres (órganos sexuales y reproductivos, hormonas sexuales, diferencias constitucionales) que permiten el sexo para la reproducción en las especies y el placer” (separata de un curso de la universidad).  Según esta definición el orden natural del sexo en el ser humano nos viene dado desde siempre, si se cambia ya no es natural (por pura lógica) y por lo tanto va en contra de la naturaleza. Esto es muy peligroso para el mismo hombre. De ahí que si seguimos una definición filosófica de libertad, como “la capacidad del hombre de actuar conforme a su naturaleza”. Entonces, si voy contra la ley natural no sería libre, viviría sin darme cuenta en algunos casos una fantasía en función al hedonismo o presión social o simplemente un error que limitaría mi desarrollo pleno como persona humana.

Por eso es muy importante para la Iglesia, que busca darle al hombre su verdadero destino, que se mantenga el orden natural, pues el mismo hombre es el afectado y además porque es la base para el crecimiento espiritual, como diría Santo Tomas de Aquino: “la gracia presupone la naturaleza”, que quiere decir que la Gracia de Dios actúa mejor en una naturaleza mejor dispuesta.

¿Es diferente la forma en cómo se ha asimilado la iglesia en Latinoamérica qué como en  Occidente?

El catecismo es universal, el magisterio es universal. Es decir, para cualquier parte del mundo las costumbres son accesorias, importantes pero no esenciales para el hombre. La cultura es vehículo no fin para el desarrollo del hombre. A veces se piensa que el Magisterio tiene que adaptarse a la realidad social como si fuera esta la referencia absoluta cuando más bien lo que busca el Magisterio es que la revelación purifique la cultura si es necesario y muestre al hombre su destino último. Puede haber pensamientos que aporten en distintas áreas pero no pueden estar en contra de alguna verdad fundamental de la Iglesia. Ella misma no se ha inventado la verdad, sino que ella custodia, profundiza, anunciase y expusiese fielmente el depósito de la fe a ella confiado por Jesucristo[4].

La figura del matrimonio se ve como constitutiva de la familia, pero, debido a una ideología religiosa ¿Por qué?¿Qué es el matrimonio para la iglesia?

Es el consorcio o comunidad conyugal de vida y amor del hombre y la mujer para toda la vida. Por definición, es el medio por el cual se constituye la familia. No se puede separar a la familia porque por definición el matrimonio es el medio hacia la familia, estamos hablando del matrimonio en general. Imaginemos un contrato de venta de un inmueble. No se puede hacer sin contrato, se necesita la formalización, aunque la imagen del contrato quede muy deficiente para el matrimonio cristiano.

Pero, el matrimonio que es una institución natural, Jesucristo lo eleva a sacramento, es decir, lo hace imagen visible de una realidad sobrenatural (ya no es simplemente natural), pues el hombre desde Jesucristo tiene un destino mucho mayor: “la participación en la vida divina”. Por todo esto el hombre necesita de los sacramentos que hacen que los momentos más importantes de nuestra vida no sólo sean santificados para esta vida sino que sean preparación para la vida definitiva.

Una familia cristiana tiene que formalizarse para ser consecuentes con la enseñanza de Cristo, no por un seguimiento irracional sino porque Dios nos da un don que sería tonto rechazar: la posibilidad de participar en esta vida de su gracia, que es participación real en su vida misma. Entonces si Dios mismo afirma la necesidad del matrimonio sacramental para que los critianos formen una familia y con ello puedan preparase mejor para su salvación. Entonces, ¿por qué no hacerlo?

¿Por qué la Iglesia busca intervenir en materias concernientes a la intimidad de la persona, como el matrimonio o la familia?

La Iglesia busca la salvación del hombre, pero esta depende de uno, ya que Dios, que es quien nos salva, nos ha dado todo lo necesario, pero ella no fuerza la libertad del hombre. Es un error pensar que la Iglesia quiera imponer cosas para limitar la libertad, esto es no entender que significa “libertad” y es muy común en el mundo moderno, antes no se tenía en cuenta siquiera esa pregunta.

Ahora se muestra que la autonomía interna es el valor máximo, se llegan a subjetivismo y relativizaciones y esta autonomía se confunde con libertad, de tal manera que si se va en contra de ella se dice que se va en contra de la libertad.

Por ello es un peligro construir una sociedad en base a este valor. Actualmente los estados se construyen bajo esta premisa: la autonomía del individuo. Si libertad es la capacidad para llegar a Dios, entonces como podemos decir que no lo podemos hacer sin él, la autonomía como se piensa ahora implica un autogobierno sin restricciones para el hombre: auto-nomos, literalmente hablando. Antiguamente los griegos hablaban de nomos como una ley que gobierna a los hombre pero esa ley era imagen del logos universal. Actualmente “el nomos” de la sociedad universal actual es creado por el hombre, y su referencia es la razón humana, me parece que entramos en un círculo muy peligroso, que lleva al relativismo. Si la razón humana es limitada, entonces me parece que es necesario que busquemos algo que no los sea.

Pienso que este es un tema es muy importante para los estudiantes de derecho y humanidades, pues  se puede caer muy fácilmente en este error si faltan los fundamentos: ¿Qué es la verdad? ¿Qué es la libertad?…

Si no se toma de referencia a Dios, el hombre será la principal víctima. Nietzsche mata a Dios con angustia porque iba en contra de proyectos intelectuales: “nosotros somos los asesinos de Dios” “Dios ha muerto viva el superhombre”. Lo mata para que el superhombre viva, aquel que está por encima del bien y el mal, y esto no es peligroso sólo para “los abogados”, es peligroso para todos nosotros. Porque cuando el hombre le da más importancia a su limitado criterio o si falible juicio, por encima del de Dios mismo es cuando el hombre encuentra su ruina. Cuando el hombre lo aparta de su vida comienzan las desgracias para sí mismo.


[1] Cf. PENROSE, Roger. La mente nueva del emperador. Fondo de cultura económica. México. 1996. Pág. 12. Roger Penrose, Rouse Ball Professor de Matemáticas en el Mathematical Institute de la Universidad de Oxford, es uno de los más importantes investigadores en muchas áreas de las matemáticas y de la física matemática y teórica. Viejo amigo y colega de S. Hawking (trabajaron juntos en diversos proyectos). Es muy conocido por sus trabajos sobre agujeros negros, gravedad cuántica, teselación apariódica y, más recientemente, la ciencia de la mente. Además de una larga lista de publicaciones técnicas, há publicado monografías sobre investigación avanzada como Techniques oí Differential Topology in Relativiiy y Spinors and Spacérme, así como dos importantes libros de divulgación, La nue­va mente del emperador y Las sombras de la mente. En 1994 recibió el título de Sír. Martin Gardner lo califica como uno de los más notables físico-matemáticos de la actualidad.

[2] GARCÍA LÓPEZ, Jesús. Metafísica Tomista. Ontología, Gnoseología y Teología Natural. Segunda Edición. EUNSA. Pamplona. 2001. Págs. 454-455.

[3] El subrayado es del editor

[4] Cf. Código de Derecho Canónico n. 747

1 COMENTARIO

  1. Muy interesante, pero discrepo en lo concerniente al tema de la religión y el derecho. Ninguna ley terrenal puede ser superior a la ley divina, de nuestro señor, por mas permisiva o inclusiva que esta sea. Si la iglesia desea regular temas sociales concernientes a aspectos fundamentales de la vida privada del hombre, no creo que sea malo que pueda instaurar una regulación sobre estos aspectos, basandonos en el pricnipio de la fe y las creencias de muchos fieles. Yo creo que si la iglesia logra instaurar cierto grado de control sobre determinadas actitudes y conductas humanas con determiando grado de represion, tal que el que no cumple sufre una sancion, la sociedad puede mejorar. Por tanto la ley del hombre, creada en base a sus prejuicios y traumas arrastrados y acarreados de generacion en generacion a lo largo de la historia, puede ser reemplazada por una ley divina justa y reciproca, que en su momento puede ser represiva pero a la ves formativa y regenerativa, con lo cual podriamos acabar con muchos males de la sociedad actual, como delincuencia, prostitucion, vandalismo, aborto y hasta el homosexualismo. No hace falta mas que pensar en que estamos haciendo mal y por que el estado no se une a la iglesia para ejercer un control claro y justo. Estes es mi punto de vista.

    Saludos,

    Angelo Urbina