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Cómo convertirse en abogado en 10 sencillos (o no tan sencillos) pasos: sobre el proceso para obtener el título de abogado

"En ese sentido, mediante el presente artículo pretendo darles algunos consejos y apuntes que me ayudaron en su momento. Espero que en su debida oportunidad, querido bachiller, te sean de mucha utilidad”.

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Por Elody Malpartida, abogada de arbitraje internacional del Estudio Cuatrecasas (oficina de Lima).

Queridos bachilleres[1] de la Facultad de Derecho,

Es un placer y un privilegio dirigirme a ustedes a través de la que alguna vez fue mi casa, EnfoqueDerecho.com. Hace unas semanas volví a leer el artículo de un buen amigo mío sobre los caminos de la profesión legal y caí en cuenta que –además de la guía redactada por Marcial Rubio en su libro “Introducción a las Ciencias Jurídicas”- no lograba ubicar algún artículo o guía que diese pautas sobre el proceso de titulación.

En ese sentido, mediante el presente artículo pretendo darles algunos consejos y apuntes que me ayudaron en su momento[2]. Espero que en su debida oportunidad, querido bachiller, te sean de mucha utilidad.

1. Sobre la elección de expediente y elaboración de informe

¡Felicitaciones bachiller! Terminaste de estudiar derecho y ahora empiezas a prepararte para el proceso de titularte. Lo primero que debes hacer es definir la modalidad. En caso optes por titularte vía la modalidad de expediente único[3], a continuación detallo algunos consejos que pueden ilustrarte al momento de escoger un expediente así como en elaborar el informe correspondiente.

a) Elegir el expediente más complejo y extenso no es un reflejo de tu capacidad académica y, definitivamente, no te garantiza la máxima mención

Al elegir un expediente determinado estás, a su vez, eligiendo estar nueve meses revisándolo, cuestionándolo, analizándolo y redactando un informe en base a este. Por ende, las áreas del derecho que este contenga deben ser áreas que, idealmente, conozcas y manejes. Pero, sobre todo, que disfrutes de revisar. Así, en el caso que una de las áreas del derecho no sea de tu expertise, al menos disfrutarás de aprender más de ella al desarrollar tu informe.

En relación con la extensión, esta deberá ser una que tú consideres manejable para el plazo y disponibilidad que tienes dependiendo de tu circunstancia particular. Si eres una persona que actualmente no se encuentra trabajando y te consideras un ratón de biblioteca, puede que ese expediente de siete o nueve tomos sea el ideal para ti. Si, por otro lado, te encuentras en tu primer año de asistente en un estudio de abogados y terminando tus labores todos los días, al menos, a las 8 o 9pm, tal vez deberías aspirar a un expediente con una cantidad de tomos más razonable.

b) Nunca te sentirás listo para empezar a escribir y es por este motivo que deberás empezar a escribir

Ya escogiste tu expediente. Este contiene áreas del derecho que manejas y te interesan y su extensión es razonable para tu situación en particular. Ya lo revisaste y eliminaste todo el relleno que carece de utilidad.

Muchas personas creen que este es el momento de buscar bibliografía y empezar a revisarla. Que lo que corresponde es analizar la jurisprudencia y doctrina aplicable y, solo cuando te sientes una eminencia en la materia de tu expediente, podrás sentarte a redactar tu informe e inventar la pólvora.

Te tengo una mala noticia y una buena noticia. La mala es que eres un bachiller en derecho que acaba de terminar la universidad hace unos meses, por lo que no vas a inventar la pólvora. La buena es que eres un bachiller en derecho que acaba de terminar la universidad hace unos meses, por lo que nadie espera que inventes la pólvora. Este informe no pretende ser una tesis de maestría o doctorado. Nadie está esperando algo de ti que no puedes ni te corresponde hacer por el nivel en el que te encuentras.

En ese sentido, mientras más pronto derribes la idea de que debes saberlo todo, mejor para ti. Te quitarás una mochila pesadísima de encima que no te corresponde cargar y la caminata se volverá mucho más sencilla.

Es por este motivo que la revisión del expediente, jurisprudencia y doctrina debe hacerse casi en paralelo que la redacción del informe. Y a eso va mi tercer consejo.

c) Tu primera versión del informe no será la mejor versión y eso no está mal. Lo importante es que “agarres viada” y lo escribas

De acuerdo con la Real Academia Española, “viada” significa “arrancada”, como la puesta en marcha de un motor. En ese sentido, cuando digo que lo importante es “agarrar viada” me refiero a aprovechar el momento en el que empiezas a redactar y a poner al cerebro a correr a mil por hora[4].

A veces, lo que más nos paraliza a la hora de empezar a redactar el informe es el miedo a que lo que redactemos esté mal. Que nuestra opinión sea equivocada. Que estemos escribiendo algo que amerite que hasta nos quiten el bachiller.

Esa sensación está casi enteramente sustentada en el miedo a que nos evidenciemos como profesionales y personas que carecen de valor. Pues bien, si nadie te lo ha dicho aún, te lo diré yo: el primer borrador de tu informe no define tu valor como abogado ni como persona.

Es así que, mientras más rápido asumas que la primera versión de tu informe tendrá todo tipo de errores (formales y de fondo), mejor para ti. Eso te liberará de la presión de tener que hacer un primer producto perfecto, te será más sencillo “agarrar viada” y te sentirás muy satisfecho al ver el informe terminado.

d) Pídele a alguien en quien confíes y que creas capaz que revise tu informe antes de presentarlo. Alerta de spoiler: esta persona no necesariamente es la más evidente

Ya tienes la primera versión de tu informe. Antes de presentarlo a la Facultad para que el revisor determine si está apto para sustentar, es importante que alguien que sepa de las áreas del derecho que aborda tu informe lo revise.

Esta persona te evidenciará en tus contradicciones, errores de concepto, saltos lógicos, entre otros. Es la persona que te dirá, sin pelos en la lengua, si tu informe es bueno o no. Esta persona también es mayor que tú, ya se tituló y tiene mayor experiencia profesional, así que sabe de lo que está hablando.

Ahora, un error que a veces cometemos es pensar que esta persona, siempre, es la mayor de nuestro entorno. Así, procedemos a compartir nuestro informe con el socio de nuestra área o el profesor emérito pensando que con su revisión nuestro informe estará listo para ser sustentado.

Pero este no siempre es el caso. Ocurre que estas personas son las que más ocupadas están. En ese sentido, tu informe, que podría revisarse en un par de días, termina en la bandeja de entrada de esta persona por meses. Por ello, es mi recomendación que, para esta revisión, recurras a alguien que, sin dejar de ser mayor que tú y tener mayor experiencia, es relativamente contemporánea.

Los motivos son relativamente sencillos: tienen más tiempo para ayudarte, hay mayor cercanía y, en algunos casos, hasta terminan siendo más exigentes. Recuerdan más lo que fue estar en un examen de grado, sus errores y aciertos. También tienen la ventaja de no haberse alejado hace mucho del mundo académico y, además, tener experiencia como profesionales.

Eso sí, es primordial que esta persona tenga experiencia y conocimiento de las áreas del derecho que tu informe abarca. Puedes tener un amigo muy inteligente y reconocido que se especializa en derecho laboral, pero si tu informe es constitucional-tributario, puede que no termine siendo de mucha ayuda.

e) Ahora sí, a pulir y presentar ese informe

Ya tienes los comentarios del abogado o abogada en quien confías. Lo más probable es que estos sean varios y que, como mencioné previamente, hayan evidenciado tus errores y saltos lógicos. Es bastante probable, también, que tengas que enfrentarte a que te digan que el trabajo hecho es “malo” o “no apto para sustentar”.

Lo primero que te puedo recomendar en este punto es que mantengas la calma. Como comenté en el tercer punto de esta sección, el primer borrador de tu informe no tiene que inventar derecho ni ser un producto excepcional. Simplemente tiene que ser.

Esta primera revisión de tu informe te servirá, en primer lugar, para trabajar tu humildad (que nunca está de más). En segundo lugar, te permitirá trabajar en tu informe teniendo en consideración una perspectiva más fresca y objetiva. Finalmente, te servirá de ejercicio para escuchar a consciencia a la voz más sabia y aceptar tus carencias. Por ejemplo, si el comentario es que la jurisprudencia no es aplicable, entonces busca jurisprudencia distinta que sí aplique. Si no sabes cómo ubicar dicha jurisprudencia, pregúntale a alguien que sí sepa y pueda enseñarte cómo ubicarla. Todo lo anterior hará que termines tu informe con mayor información y entendimiento sobre los temas que abarca.

f) ¿El revisor de mi informe, who?

¡Felicitaciones, terminaste tu informe! Ahora se viene lo bueno: presentarlo ante la Facultad de Derecho para que sea revisado por un abogado que también es docente.

¿Puedes elegir quien será este abogado? No. ¿Puedes proponer una terna de abogados con los que has conversado previamente y que te han manifestado que pueden revisar tu informe? Definitivamente.

¿Cómo escoger esta terna? Al respecto, deberás tener en cuenta lo siguiente:

a) Tu revisor debe ser alguien que tenga disponibilidad para revisar tu informe en el plazo otorgado. De lo contrario, la programación de tu examen de grado puede retrasarse.

b) Tu revisor debe ser alguien que conozca de cerca los temas de los que trata tu informe. De lo contrario, puedes perder una oportunidad valiosa de ajustar el contenido de tu informe.

c) Tu revisor debe ser alguien con quien no tengas conflictos de intereses. Por ejemplo, que no sea tu jefe.

d) Tu revisor formará parte del jurado en tu examen de grado. En ese sentido, recomiendo no proponer a un abogado docente con quien puedas tener algún conflicto personal (lo anterior es obvio, pero no está de más decirlo).

Si has estudiado 6 años (o más) la carrera de derecho, y además tienes experiencia profesional, estoy segura que vendrán a tu mente nombres de abogados docentes que cumplan con estos requisitos y que formarán parte de tu terna.

2. Sobre el examen de grado

a) ¡Ayuda! ¿Cómo estudio para mi examen de grado?

Ya presentaste tu informe y ya te confirmaron quién es tu revisor (que, lo más seguro, es que sea alguien de la terna que propusiste). Pero esa sensación de alivio no dura mucho puesto que ahora se viene lo determinante: el examen de grado.

¿Cómo estudio para mi examen de grado? No existe una metodología unánime ni una que te garantice el éxito. Sin perjuicio de ello, mi consejo es el que detallo a continuación.

Estudia tu informe. ¿A qué me refiero con esto? A que estudies cada concepto, afirmación, argumento y sustento que incluyes en tu informe. En palabras del amigo que me dio este consejo[5]: si en tu informe mencionas a la Constitución, tienes que poder responder a la pregunta “¿Qué es la Constitución?”.

Para lograr lo anterior, debes sentarte a revisar tu informe y, con la mirada que describí previamente, anotar todas las preguntas que se te ocurran al respecto. Conforme las contestes (e identifiques doctrina autorizada y jurisprudencia que sustente tus respuestas), surgirán también otras preguntas que te permitirán llegar a un mayor nivel de profundidad a la hora de estudiar.

A continuación, coloco un ejemplo. En mi informe de expediente único se encuentra este párrafo:

En ese sentido, para efectos del presente informe, se considerará que el derecho presuntamente vulnerado es el derecho a un árbitro imparcial, que conforma el derecho al debido proceso arbitral, que a su vez compone a la tutela procesal efectiva”.

A partir de este párrafo, identifiqué las siguientes preguntas:

a) ¿Cuál es la diferencia o relación entre los siguientes conceptos: tutela jurisdiccional efectiva, tutela procesal efectiva, debido proceso?

b) ¿Cuáles son las diferencias entre la imparcialidad arbitral y la judicial?

c) ¿Cuál es la diferencia entre imparcialidad e independencia?

d) ¿El derecho a un árbitro imparcial es lo mismo que la garantía de imparcialidad?

e) ¿Cuál es la diferencia entre un derecho y una garantía?

Luego, ordené las preguntas, respuestas y sustentos en un cuadro con el siguiente formato:

Problema jurídico
Tema dentro del problema jurídico
Pregunta Respuesta Base

Como se aprecia, este método de estudio es útil porque te permite anticipar las preguntas que podría hacerte tu jurado. También evita que caigas en la contradicción en las respuestas que des en tu examen de grado, ya que los temas revisados han sido estudiados teniendo en consideración el contenido de tu informe y la posición que has tomado respecto de los problemas jurídicos identificados.

b) Un bien necesario: los falsos grados

Estás elaborando tu cuadro de preguntas y te sientes encaminado a tu preparación. De igual manera te preguntas cómo será realmente la dinámica el día de tu examen de grado o si hay aspectos relevantes de tus problemas jurídicos que has pasado por alto. Una herramienta que te permitirá confirmar que estás en buen camino (o, en su defecto, corregirte para desenvolverte mejor en tu examen de grado) es el falso grado.

Como su nombre lo indica, un falso grado es un ensayo de lo que podría llegar a ser tu examen de grado. Este, en principio, se lleva a cabo frente a abogados expertos en el tema en cuestión[6] y con una estructura que simule a cabalidad el examen de grado (presentación y preguntas). Este tipo de preparación te ayudará a sentir que tu examen de grado no será tu first rodeo, lo que siempre viene bien.

Pero, sobre todo, los falsos grados sirven para que puedas identificar todo lo que no sabes aún. Son útiles porque te permiten identificar los puntos ciegos de tu preparación ya que cuentas con la perspectiva de alguien que es experto en los temas de tu informe no solo por los años que viene estudiándolo, sino también ejerciéndolo.

No voy a negar que lo anterior de miedo. Evidentemente, no queremos que estas personas que admiramos y respetamos piensen que somos poco inteligentes o que no sabemos todo lo que hay que saber. Si lo que te preocupa de tener un falso grado es “quedar mal”, recuerda que estas personas han pasado por la misma situación que tú y son conscientes de que su rol en un falso grado es precisamente evidenciarte los temas cuyo estudio debes reforzar ya que pueden ser abordados por tu jurado el día de tu grado.

Si aún después de ser consciente de esto sientes que los falsos grados no son para ti, te sugiero un falso grado alternativo. Es decir, un falso grado que en lugar de tener una estructura marcada (presentación y luego preguntas simulando un examen de grado de verdad) tenga una dinámica más conversacional en la puedas discutir abiertamente del tema de tu informe, plantear las dudas que tienes y pedir consejos. Este tipo de dinámica también es sumamente útil y puede ayudar a quitarte la presión de encima de sentirte 100% listo en un momento en el que, evidentemente, aún no lo estás.

c) Ya tengo fecha y se quién es mi jurado, ¿Qué hago?

Aproximadamente 1 semana antes de tu examen de grado, la Facultad te comunicará la fecha y hora exacta, así como el jurado que te evaluará. Este está compuesto por tres abogados docentes que se especializan en los temas que aborda tu informe.

Este es el momento de volvernos en detectives e intentar averiguar lo más que podamos sobre estas tres personas. ¿Hemos llevado clases con ellos? ¿Conocemos a personas que han llevado clases con ellos? ¿Tenemos colegas que hayan trabajado o trabajen con ellos? ¿Qué cursos dictan? ¿En qué se especializan? ¿Qué han publicado en general?

También es importante que revises tu informe a la luz de quienes formarán parte de tu jurado. ¿Los he citado en mi informe? ¿He citado a autores con quienes los miembros de mi jurado puedan discrepar? ¿Han publicado sobre el tema en particular? Si son litigantes, ¿han participado en algún caso público y emblemático que pueda ser de aplicación a tu informe?

Averiguar lo anterior también permite anticiparnos un poco a las preguntas que podrían hacerse durante el examen de grado. Ello, sobretodo, si es que algún miembro de tu jurado considera oportuno hacerte preguntas generales de derecho que no estén necesariamente relacionadas a tu informe.

d) El día D: el examen de grado

¡Llegó el día de tu grado! Te has preparado, al menos, 6 meses para este momento, por lo que te felicito muchísimo. Sin perjuicio de ello, te recuerdo que lo que suceda hoy no es solo un reflejo de tu esfuerzo en los últimos meses, sino de la suma de una serie de factores que están completamente fuera de tu control: de qué humor se levantó tu jurado ese día, si empiezas a sentir nervios que a la fecha no habías sentido, si la sala en la que te estás titulando termina llena de personas que no conoces (o, dependiendo de qué consideres peor, que sí conoces), entre otros.

En ese sentido, los mejores consejos que tengo para ti en este día son los siguientes:

Antes de tu examen de grado

Deja a un lado todos los documentos y archivos que tienes impresos o en tu computadora y date unos buenos minutos (horas incluso, en caso sea posible) para relajarte. Lo mejor que puedes hacer por ti en este momento es regularte emocionalmente lo más que puedas. En mi experiencia, intentar repasar todo lo que has venido estudiando por meses en horas o minutos tiene el efecto contrario.

En ese sentido, si tienes el tiempo, mira un episodio de tu serie favorita. Escucha música que te guste y no te exalte. Conversa con alguien que quieras y que pueda sostenerte emocionalmente en este momento. Todo esto te permitirá despejarte y, en consecuencia, estar más listo para enfrentar con rapidez los posibles aprietos en los que pueda meterte tu jurado.

Durante tu examen de grado

Primero, confía en ti. Si has seguido en alguna medida lo desarrollado en este artículo, eso significa que has estudiado mucho, te has expuesto a que abogados más experimentados que tú evidencien los puntos ciegos de tu análisis y has tenido en consideración a tu jurado como parte de tu preparación. Si bien es imposible que sepas todo lo que hay que saber sobre los temas que abordan tu informen, sabes lo suficiente para recibir tu título de abogado.

Segundo, recuerda que la finalidad de tu examen de grado es demostrar que estás preparado para ser abogado. Pelearte con tu jurado o mostrar una actitud pedante no te hace un buen abogado. Sobretodo, porque lo más probable es que en este supuesto tu jurado termine abordándote con preguntas que no vas a saber responder (no por nada ellos tienen muchos años más de experiencia que tú).

Tercero, en tanto la finalidad de tu examen de grado es demostrar que estás preparado para ser abogado, no afirmes que sabes algo que desconoces. No solo porque luego termina siendo evidente, sino porque hay muchas otras formas de salir del aprieto que implica que te pregunten por un concepto, caso o supuesto para el cual no tienes la respuesta. Una estrategia que sirve muchísimo es pedir que te den más contexto sobre el caso o concepto que mencionan. En caso tu jurado se refiera a normas que no tengas a la mano, tampoco está de más pedirle al miembro del jurado respectivo que te cite específicamente el artículo sobre el cual se basa su pregunta.

Después de tu examen de grado

¡Felicitaciones, eres abogado! Todo tu esfuerzo ha sido retribuido con este momento que, ojalá, estés compartiendo con seres queridos, incluyendo familiares y amigos. Este es un momento de muchísima catarsis, por lo que te recomiendo que, además de celebrar de la manera que mejor consideres, tengas un momento para ti en el que puedas reflexionar sobre el camino que te llevó hasta aquí. A veces tendemos a olvidarnos de nosotros mismos en momentos como estos para atender la alegría de quienes nos rodean o para agradecer a quienes nos ayudaron en el camino. Si bien esto es de suma importancia, acordarnos de nosotros mismos es vital también.

Si has llegado hasta aquí, eso significa que has leído un artículo muy extenso sobre la experiencia que implica convertirse en abogado. La extensión de este texto no es solo un reflejo del largo camino hacia el ejercicio de la abogacía, sino también del proceso emocional que uno atraviesa cuando se traza la meta de titularse para convertirse en abogado.

Sin perjuicio de ello, si algo puedo comentarte es que el camino que te espera después de la titulación, si estás seguro de que quieres ejercer esta carrera, es tan gratificante como difícil. Los retos a los que uno se enfrenta en la vida profesional a veces parecen ser interminables, y requieren de mucho esfuerzo, determinación y soporte para ser enfrentados. Cabe señalar que esto, justamente, es lo que hace sumamente divertido y gratificante ejercer el derecho. Sin embargo, esto es algo que deberemos explorar en una siguiente oportunidad (o, en este caso, en un siguiente artículo).

Hasta la próxima, futuros colegas.

Elody.


Referencias

[1] Disclaimer 1: A lo largo de este artículo utilizo palabras como “bachiller” o “abogado” para referirme de manera neutral tanto a los “bachilleres” y las “bachilleras”, así como a los “abogados” y las “abogadas”.

[2] Disclaimer 2: Yo me titulé el año 2020 mediante la modalidad de expediente único y virtualmente debido a la pandemia del COVID-19. En ese sentido, si tu modalidad de titulación es distinta podrían haber algunos consejos que no apliquen del todo, por lo que recomiendo tomar el contenido de este artículo en tanto contribuya a tu situación particular (total o parcialmente).

[3] Disclaimer 3: El propósito de este artículo no es aconsejar ni ilustrar los pros y contras de cada modalidad de titulación. Debido a mi experiencia personal, recomiendo sumamente la modalidad de expediente único toda vez que te permite concentrarte en un solo caso (sin perjuicio de que este sea de alta complejidad debido a que contiene varias materias), sobretodo si es que (i) tu foco principal no es dedicarte a la vida académica en el corto plazo (circunstancia en la que, por ejemplo, tal vez te recomendaría que consideres hacer una tesis); y, (ii) no tienes los recursos para cursar un programa de segunda especialidad (mediante el cual también te puedes titular). Sin embargo, recomiendo muchísimo que, antes de decidir por alguna modalidad de titulación, te hayas dado la oportunidad de conversar con abogados que hayan obtenido sus títulos bajo distintas modalidades y así puedas comparar los pros y contras que puedan exponerte.

[4] Este consejo fue dado por una gran amiga mía, Alessia Lercari, a quien agradezco infinitamente y a quien le pido disculpas por no haberle hecho caso antes.

[5] Gonzalo Monge me dio este consejo antes de empezar a estudiar para mi examen de grado. Considero que este consejo fue determinante para mi preparación y lo que permitió que disfrutase tanto mi examen de grado. Ningún agradecimiento, público o privado, será suficiente para expresarle toda mi gratitud.

[6] Sobre este punto, reitero el comentario hecho en el punto 6 de la primera sección del presente artículo. Si has estudiado 6 años (o más) la carrera de derecho, y además tienes experiencia profesional, estoy segura que vendrán a tu mente nombres de abogados que puedan ayudarte en un falso grado. Todos hemos pasado por la experiencia y estrés que implica la titulación, por lo que la mayoría de nosotros se sentiría más que feliz en ayudar a un futuro colega en este proceso.

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