Tras el estudio de 300 000 páginas de documentos, miles de conversaciones grabadas y alrededor de 34 horas de deliberación a cargo del jurado de la Corte Federal de Brooklyn, se declaró culpable a Joaquín Guzmán Loera, el “Chapo Guzmán”, por los 10 cargos a los que se enfrentaba. Tras 3 meses de juicio, se condenó a cadena perpetua al ex líder del Cartel de Sinaloa. No obstante, la sentencia definitiva se conocerá el próximo 25 de junio.
Como se recuerda, cuando se dio la extradición a Estados Unidos de Joaquín Guzmán en el año 2017 -tras 2 grandes fugas en cárceles mexicanas- fue imputado con 17 cargos penales, los cuales fueron posteriormente consolidados en 10, con la finalidad de agilizar el proceso. Uno de los cargos imputados es el de liderar una empresa criminal, para ello, la Fiscalía tuvo que demostrar la distribución de droga con al menos 5 personas y su protagonismo como gestor de la organización. Asimismo, se buscó probar el soborno, extorsión y asesinatos en pro del crecimiento y conservación de su negocio.
Los siguientes cargos hasta el octavo versan sobre la conspiración a cargo del “Chapo” para la producción, importación y distribución de droga desde fuera de Estados Unidos a ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York. Los medios probatorios usados fueron diversos, los más controvertidos fueron los testigos, ya que estos eran ex miembros del Cartel de Sinaloa y la defensa del “Chapo” los señalaba como criminales mentirosos, según la prensa estadounidense. Sin embargo, la consistencia de la Fiscalía fue presentada a través de una red especializada de comunicaciones encriptadas.
El noveno cargo responde al uso de armas de fuego en la protección de la empresa criminal. Mientras que el décimo cargo fue el de lavado de dinero por alrededor de 14 000 millones de dólares. Principalmente, la Fiscalía demostró que el dinero provenía de la droga y que se invertía para el crecimiento de la empresa criminal; consecuentemente, adquiría propiedades y empresas fantasma para ocultar la fuente ilícita.