Traducido por Ariana Lira. Republicado y traducido con permiso de los autores. El artículo original se encuentra aquí

Baja inflación y “pleno” empleo han sido las metas establecidas de la Reserva Federal  durante 35 años. Con frecuencia, sin embargo, la inflación ha recibido más atención, como cuando el ex presidente del Fed, Paul Volcker, a inicios de 1980, subió considerablemente las tasas de interés y puso la economía en recesión, con el fin de eliminar las expectativas inflacionarias del sistema.

El pasado 12 de diciembre, Ben Bernanke, el presidente del Fed, indicó que el Fed perseguiría lo que uno podría pensar es una simple variante del objetivo del empleo pleno, manteniendo las tasas de interés nominales cerca a cero hasta que la tasa de empleo de Estados Unidos se sumerja por debajo de 6.5% –actualmente es 7.7%– o hasta que se prediga que la inflación excederá 2.5%. El reto de esta propuesta es que, si bien una meta de tasa de empleo puede parecer ser solo la otra cara de la objetivo del pleno empleo, el desempleo puede ser reducido por otras políticas gubernamentales que tienen efectos menores en el empleo.

El presente alto nivel de desempleo en Estados Unidos en buena medida refleja la lenta tasa de recuperación del PBI real y del empleo de sus niveles de recesión. Según la Ley de Okun, la recuperación en empleo de una recesión está simplemente relacionada a la recuperación en el  PBI real (ver la discusión de la Ley de Okun en mi blog el 11/4/2012). La Ley de Okun implica que un banco central puede usar la recuperación en PBI real como un proxy para la recuperación en empleo hacia una meta de pleno empleo.

Si el cambio en la tasa de desempleo fuera simplemente la imagen espejo del cambio en la tasa de empleo, desempleo “bajo” sería una meta tan buena como el pleno empleo. Eso implicaría que la Ley de Okun podría frasearse como una relación entre el declive en desempleo de los niveles de recesión y la recuperación en el PBI real de los niveles de recesión. Luego, la recuperación en desempleo a un nivel de pleno empleo podría cumplir la meta del Fed de mantener pleno empleo (junto con controlar la inflación), como en la recientemente anunciada meta de Bernanke de no más de 6.5% de desempleo.

La complicación es que los cambios en las tasas de desempleo durante ciclos económicos no son la imagen espejo de los cambios en las tasas de empleo. Este ha sido especialmente el caso durante la Gran Recesión. Por definición, los desempleados equivalen a la diferencia entre el número de personas en la fuerza laboral y el número de personas trabajando. La tasa de desempleo está, entonces, definida como el número de individuos que están desempleados como una fracción de la fuerza laboral. Se sigue de la definición de desempleo que la tasa de desempleo equivale a uno menos la tasa de empleo (la ratio del número de personas empleadas al número de personas en la fuerza laboral). Esta relación muestra que los cambios en la tasa de desempleo serían equivalentes  pero opuestas en signo a los cambios en la tasa de empleo, siempre y cuando la fuerza laboral se mantuviera fija.

Durante los ciclos económicos, la tasa de empleo y la tasa de desempleo se mueven en direcciones opuestas, pero la relación del uno al otro está lejos, especialmente durante recesiones severas. La razón es que la fuerza laboral también cambia durante el curso de un ciclo económico. Especialmente durante recesiones severas, a algunos trabajadores les desanima encontrar trabajo y dejan la fuerza laboral. Esto tendería artificialmente a reducir la tasa de desempleo incluso cuando el empleo y el desempleo no variaron. Es por esto que la tasa de desempleo oficial es usualmente suplementada con medidas de la tasa de desempleo “total”, que incluye tanto individuos que se desanimaron y se retiraron de la fuerza laboral, como aquellos que trabajan a medio tiempo porque no pudieron conseguir trabajos a tiempo completo. Esta tasa de desempleo total actualmente es de 14.4%, bastante por encima de la tasa oficial de 7.7%.

La tasa de desempleo oficial también está afectada por las políticas públicas que fomentan que los individuos a dejar la fuerza laboral o a trabajar sólo a medio tiempo. Estas son políticas que aumentan la elegibilidad de programas de subsidios, tales como cupones de alimentos, subsidios en pagos hipotecarios y beneficios de Medicaid. Estos y otros programas de subsidios bastante expandidos durante los pasados cuatro años (para una buena discusión de la evidencia de esto, ver el reciente libro de Casey Mulligan, “The Redistribution Recession: How Labor Market Distortions Contracted the Economy”).

La tasa de desempleo también es afectada por políticas que afectan la elegibilidad de compensación del desempleo, tales como la extensión de los beneficios durante esta recesión a 99 semanas. Tal extensión aumenta el desempleo porque fomenta a los individuos a volverse o mantenerse desempleados para recibir los beneficios del desempleo por un tiempo más largo. El efecto neto de las extensiones en los beneficios de desempleo es aumentar la tasa de desempleo de manera diferente a cualquier declive en la tasa de empleo.

Esta discusión implica que un cambio de parte del Fed de objetivo de pleno empleo a un objetivo de desempleo podría llevar a cierto cambio en las metas del Fed. Adicionalmente, y más importante, algunas de las causas de los cambios en la tasa de desempleo no son susceptibles de ser manipuladas por el Fed a través de tasas de interés muy bajas y la compra de bonos u otros activos. Las tasas de desempleo seguirán más altas que en el pasado, sin importar las políticas del Fed, siempre y cuando las extensiones de varios programas de subsidios y beneficios de desempleo durante los pasados años sigan en efecto.

Un riesgo mayor de tratar de implementar un objetivo de desempleo a través de las políticas actuales del Fed es que la tasa de inflación podría aumentar en un intento inútil de bajar más la tasa de desempleo a un objetivo de tasa como ocurrió en los años setenta. A su favor, el Fed protestó contra esta posibilidad poniendo su objetivo en una tasa relativamente alta de desempleo de 6.5%, a pesar de que la tasa previa a la aparición de la recesión en el 2007 estaba bastante por debajo del 5%. El Fed también enfrentó directamente el riesgo de crear inflación excesiva al colocar su objetivo como no mayor de 6.5% de desempleo siempre y cuando la tasa de inflación no aumente alrededor de 2.5%, una tasa de inflación moderada.