Aunque el tiempo y las circunstancias le han dado otras acepciones y connotaciones, y por otro lado, sea cierto que hay liberales muy diversos, creo que un liberalismo bien entendido empieza por amar la libertad y defenderla, oponiéndose a cualquier tipo de opresión, especialmente a la que viene del Estado. El liberal ha sido en la historia política el rival de los conservadores y por definición esta contra todo dogmatismo y cree en la tolerancia y el respeto, en las opiniones diferentes. Está dispuesto a debatir y por lo tanto a poner en duda su posición. No se encasilla, ni se siente dueño de la verdad. Considera que las discrepancias son sanas, que el pensamiento evoluciona y cree con firmeza en la democracia política, la economía de mercado y la libertad individual, que termina donde empiezan los derechos de los demás.

La tolerancia y más aún el respeto por las opiniones ajenas, por los que creen en otro dios, piensan distinto y tienen otras costumbres son los mayores logros de la historia, nos han civilizado, permitiendo que convivamos pacíficamente, atenuando la violencia y han creado espacio para la doctrina de los derechos humanos, por la que, por lo menos en teoría, no se puede pasar encima de nosotros en aspectos como la vida, la integridad física, la intimidad, etc.

Un verdadero liberal no cree, como los marxistas dogmáticos, que la solución está en la economía, ni que el mercado libre es un nuevo dios capaz de solucionar todos los problemas, aunque haya personas que defendiendo esto, quieran pasar por liberales[1] y crean que éste es el camino, sin matices, ni otras consideraciones. Un liberal razonable jamás defendería un mercado en donde sólo sobreviva el más fuerte, porque eso implica que ‘la libertad total para los lobos es la muerte para los corderos, la libertad total para los poderosos, para los dotados, no es compatible con una existencia decente de los débiles y menos dotados.’[2]

Para la generación de riqueza, el libre mercado es necesario, pero tiene que estar complementado y matizado, por ejemplo por el irrestricto respeto a los derechos humanos. No puede pasarse por encima de los derechos de nadie, ni tampoco sacrificar a algunos en beneficio de la mayoría. La persona, como lo sostenía Kant, es un fin en si misma y no puede pasar a ser un medio. Un gran pensador liberal, John Rawls, decía que la estructura legal tenía que ser pensada detrás de un velo de ignorancia respecto de nuestra posición en la vida. Las leyes tenemos que hacerlas pensando que podría tocarnos ser una persona afectada por ellas.

El mercado libre por si mismo podría resultar en una lucha feroz por la sobrevivencia que no tiene nada de humana, pues las dimensiones espirituales y culturales que nos separan de los animales quedarían olvidadas.

El liberalismo pasa por la democracia, el Estado Constitucional de Derecho y la economía de mercado. La libertad es su valor principal, pero no olvida la justicia. La propiedad es el resultado del trabajo, pero debe tener los límites que la sociedad le imponga. Nadie tiene derecho, por ejemplo, a destruir un bien por el solo hecho de ser su propietario o a usarlo en desmedro del grupo.

Contra lo que algunos creen, un liberal se permite soñar y no descarta las utopías. Anhela un mundo en que reine la paz, la libertad y la justicia, donde cada persona sea libre en todo el sentido de la palabra y pueda satisfacer sus necesidades básicas, donde las fronteras y nacionalismos hayan desaparecido, junto con los fanáticos  e intolerantes; un mundo que, finalmente, todos deseamos.


[1] Vargas Llosa, los llama ‘logaritmos vivientes’ y sostiene que han hecho mas daño a la causa de la libertad que los propios marxistas. En: Confesiones de un liberal (discurso por la aceptación de Premio Irving Kristol). http://www.letraslibres.com/index.php?art=10428.
[2] Joaquín Fernandois. Isaiah Berlin, La libertad compleja. Pág. 50. En: www.cepchile.cl/dms/archivo_892_720/r…

3 COMENTARIOS

  1. Con mucho respeto, creo que el autor cae en dogmatismos que atribuye a los marxistas, al considerar «verdadero» liberal y «falso» liberal. Los liberales también son los «economicistas» liberales. Y también el término «liberal razonable», pues si pusieran contra la pared a un liberal, preferiría la «competencia» ante todo. Y es discutible que John Rawls sea liberal.

  2. Con mucho repesto, considero que hay algunas cosas que pueden ser debatidas -cosa muy buena, por que el debate es productivo- como, por ejemplo, ¿Que tan liberal puede ser Jhon Rawls?. Pero, en lineas generales, es un buen artículo. Es bueno definir lo que es el liberalismo, por que , de lo contrario, pasa lo que está pasando ahora: la mayoría de personas tienen un concepto erroneo de liberalismo, y , erroneamente, lo relacionan con un utilitarismo o constructivismo.