Por Alvaro Gonzales De La Cotera Chamochumbi, asociado del área inmobiliaria del Estudio Rubio, Leguía y Normand

El contexto nos está forzando a adaptarnos rápidamente a cambios muy bruscos. Por ejemplo, para mantener su actividad, los restaurantes van a tener que migrar a un formato “para llevar” y delivery ya que, de acuerdo con la Resolución Ministerial N° 250-2020-MINSA, ahora son responsables del cumplimiento de las condiciones sanitarias de los alimentos hasta que son entregados al consumidor final y, por lo tanto, deberán cumplir estrictamente con el protocolo aprobado por Resolución Ministerial N° 142-2020-PRODUCE.

Por otro lado, las tiendas por departamento se han visto limitadas a solo vender sus productos a través de internet (comercio electrónico o, e-commerce y, se ven forzadas a seguir estrictamente con el protocolo aprobado por Resolución Ministerial N° 137-2020-PRODUCE bajo los criterios allí establecidos y que inicialmente no incluyen la participación de pequeños negocios (por exigencias de montos mínimos facturados y locales).

Como podemos concluir, la estructura de los negocios ha variado y algunos costos se han incrementado (sobre todos los relacionado a temas sanitarios y ello para evitar el contagio del covid-19) y con ello, probablemente muchos restaurantes y comercios no podrán mantener su actividad bajo los parámetros exigibles. Por ello, en la realidad, inicialmente, solo se va a permitir la apertura formal, de un reducido número de establecimientos que tiene la capacidad de cumplir con los requerimientos.

En ese contexto, tenemos que en todo el mundo, por ejemplo, las salas de cine son uno de los negocios más golpeados por la pandemia del COVID-19. Por ejemplo, en Estados Unidos se reportó a finales de marzo que la taquilla de cines no registraba ningún dato por primera vez debido al Covid-19.[1]

En Perú, se proyecta que la paralización en el sector entretenimiento, como consecuencia del distanciamiento social, tome de 15 a 18 meses, afectando a 104 salas de cine a nivel nacional operadas por 6 empresas distintas (Cineplanet, Cinemark, Cinepolis, UVK, Cinestar y Cinerama), cada una con una cantidad de personal considerable.[2]

La inicial respuesta del mercado a la paralización económica de las salas de cine ha sido evaluar la posibilidad de retornar a los antiguos autocines -o autocinemas, un formato ya conocido por los limeños. En diciembre de 1953 se inauguraba en Lima el primer autocinema de Sudamérica, y el único de Lima por 22 años.[3]

Por ejemplo, a pesar de que no es posible atender aún en su restaurante, Arnold’s Burguers[4] vio en este sector una excelente oportunidad y ya anunció que próximamente volverá a abrir su autocinema (que antes de la pandemia funcionaba muy limitadamente a una sola función los martes, jueves y domingos). Inclusive, empresas de rubros muy diferentes como el del deporte automotor (Formula Kart), han anunciado también su incursión en los autocines.

La premisa es que en un corto o mediano plazo podría ser posible el funcionamiento de los autocines y muy probablemente no el de las salas de cine que conocíamos hasta antes de la pandemia. El elemento diferenciador clave es que en los autocines es factible conservar el distanciamiento social, evitando el riesgo de contagio (que estaría potencialmente presente en las salas de cine).

Sin embargo, a pesar de que sí es viable, todos aquellos empresarios que vislumbren la posibilidad de operar un autocine se van a enfrentar a la gran dificultad de encontrar terrenos disponibles para dicha actividad en Lima y en general en todo el Perú. En primer lugar, para ejecutar dicho proyecto se requiere un terreno de una mediana o gran extensión, que resulte suficiente para poder recibir un número importante de vehículos. Asimismo habrá que verificar en los próximos días o semanas, como se va regulando el uso de automóviles.

Asimismo, será interesante presenciar cómo los municipios agregan este giro económico al Cuadro de Índice de Usos, e implementan progresivamente una mayor regulación, posiblemente relacionada al “aforo de vehículos”, rutas de evacuación, así como otras medidas necesarias.

Como lo he indicado, encontrar el terreno adecuado va a ser el primer desafío al que se enfrenten estas empresas. Debemos tener en cuenta que no solo se busca un terreno que sea extenso, sino también uno en el que su zonificación sea compatible para desarrollar esta actividad económica. Las opciones, por tanto, se ven reducidas considerablemente. Probablemente algunos inmuebles que hasta el momento eran usados como estacionamientos, en el futuro podrían ser autocines.

Antes de considerar desarrollar cualquier actividad económica, se recomienda tener claras las reglas de juego en las que va a operar el establecimiento. En este contexto, la regulación urbanística municipal de la jurisdicción del inmueble juega un papel clave, incluyendo la zonificación (la que deberá ser comercial). En muchos casos, contar con una adecuada información municipal va a jugar un papel protagónico para decidir adquirir un inmueble o no.

Considerando el monto de la inversión, se requiere la evaluación de los terrenos en los que estén interesados las empresas como posibles alternativas para el autocine. Esto es importante para identificar la situación física y legal del predio, así como las afectaciones y limitaciones urbanísticas o de cualquier otra índole. Como resultado, habremos identificado si el terreno cumple con las condiciones para desarrollar la actividad económica pretendida.

Una vez que el terreno haya sido evaluado satisfactoriamente, será necesario establecer un plan de acción que desarrolle los pasos que se requieran desde la suscripción del contrato hasta la apertura de establecimiento. Antes de que se pueda empezar a operar el establecimiento, va a ser necesaria la obtención de una serie de permisos administrativos, entre los que vamos a encontrar, entre otros, la Licencia de Edificación, Licencia de Funcionamiento, Certificado de ITSE, así como la aprobación del Plan para la vigilancia, prevención y control del COVID-19.

A pesar de que cada uno de los procedimientos para la obtención de estos permisos se encuentra debidamente normado y reglamentado, existe una alta discrecionalidad de la administración pública, con lo que va a ser usual manejar un plazo legal y, además, un plazo probable o realista para la obtención de cada permiso. Se va a requerir que la administración pública adecúe sus procedimientos a las nuevas necesidades urgentes del mercado, con el objeto de ser un socio estratégico de las empresas y desarrollar un papel clave en la generación de nuevo empleo. En todo momento se debe tratar de reducir, en la medida de lo posible, los plazos de tramitación y, en consecuencia, iniciar operaciones en el menor tiempo posible, asegurándose una mayor rentabilidad.

Finalmente, teniendo en cuenta que hoy el único autocine que existe y que en todo caso ha funcionado de manera muy eventual, se encuentra en la Costa Verde, es probable que otras empresas se vean tentadas a buscar en la Costa Verde la locación ideal para desarrollar sus proyectos de entretenimiento. En estos casos, se debe tener en cuenta que, probablemente sea necesaria la obtención, además de permisos anteriormente señalados, de la revisión de la normativa vinculada a la Autoridad Autónoma de la Costa Verde y eventualmente de la Dirección de Capitanías y Puertos – DICAPI. En este escenario, la Municipalidad de Magdalena de Mar evalúa estudiar, en un futuro cercano, la condición del terreno para verificar si parte de los casi 4 kilómetros y medio de extensión de su jurisdicción de la Costa Verde, resultaría apta para un autocine.[5]

Sin perjuicio de ello, se recomienda considerar otras ubicaciones que también pueden ser adecuadas para desarrollar autocines:

    • Estacionamientos amplios ubicados frente a vías principales (para asegurar la zonificación comercial requerida)
    • Centros comerciales (muchos de ellos tienen espacios amplios en los que se realiza eventualmente algunos eventos.

El mercado del entretenimiento se ha visto forzado repentinamente a adaptarse a cambios que no se hubieran podido prever hace algunos meses. En este nuevo escenario, los autocines se visualizan como una realidad en un corto o mediano plazo, por ser espacios en los que puede priorizarse el distanciamiento social. Es importante, en este escenario, que las autoridades se adapten rápidamente al cambio para fijar reglas claras que permitan garantizar una inversión de este tipo, para lo que también va a ser importante aprobar normativa adecuada sobre seguridad y prevención, compatible con este tipo de proyectos.


[1]     Diario Gestión. Taquilla de cines no registra ningún dato por primera vez debido al Covid-19. https://gestion.pe/mundo/eeuu/taquilla-de-cines-no-registra-ningun-dato-por-primera-vez-debido-al-covid-19-noticia/?ref=gesr

[2]     Diario Gestión. Salas de Cine en Perú proyectan que paralización en su sector por Covid-19 tome de 15 a 18 meses. https://gestion.pe/economia/empresas/covid-19-salas-de-cine-industria-de-entretenimiento-salas-de-cine-en-peru-proyectan-que-paralizacion-en-su-sector-por-covid-19-tome-de-15-a-18-meses-noticia/

[3]     Diario El Comercio. San Valentín: ¿cómo era y dónde quedaba el único autocinema de Lima? https://elcomercio.pe/vamos/san-valentin-como-era-y-donde-quedaba-el-unico-autocinema-de-lima-noticia/?ref=ecr

[4]     Arnold’s Burguers es un restaurante ambientado en los 50’s, ubicado en el Boulevard Bordemar, en el Circuito de Playas, Barranco.

[5]     Diario El Comercio. Costa Verde: proponen albergar el primer autocine con distancia social en Magdalena. https://elcomercio.pe/lima/sucesos/coronavirus-costa-verde-alcalde-de-magdalena-dijo-que-ha-recibido-propuestas-para-albergar-el-primer-autocine-con-distancia-social-nndc-nnes-noticia/?ref=ecr

Fuente de Imagen: Edinburgh Live