Por Andrea Pulgar, abogada especializada en Nuevas Tecnologías y Protección de Datos Personales.

Hace unas semanas leí en el diario El Comercio[1] una entrevista que me llenó de orgullo como peruana, y es que una compatriota nuestra, Katia Cánepa Vega, había sido reconocida por el MIT (Massachusetts Institute of Technology) como la Innovadora del año 2016 por su idea de maquillaje inteligente o Beauty Technology.

En el artículo anterior nos referíamos a la importancia de regular la tecnología para que esta sea utilizada en beneficio del hombre, y el caso que comentamos es precisamente una muestra de los beneficios que nos puede traer el correcto uso de esta.

Probablemente ya muchos han escuchado sobre el concepto de maquillaje inteligente con fines estéticos, como es el caso de cremas modeladoras que disimulan las arrugas o tonifican el rostro dándole una impresión más lozana; lo cual para muchos es un increíble invento; sin embargo, el caso que comentamos va más allá del tema estético, y apunta a mejorar y potenciar las capacidades humanas mediante tecnología.

Su invento se llama Beauty Technology, y pertenece a un subcampo de la computación portátil que integra la tecnología en los cosméticos para aplicarla directamente a la piel, las uñas y el cabello, a fin de transformar la superficie del cuerpo en una plataforma interactiva[2].

Se pueden imaginar mover las pestañas y cambiar de canal de televisión o encender la luz,  mover las uñas y que se abra una puerta, o gesticular y que se active una grabadora de voz. Bueno, mediante esta tecnología es posible hacerlo realidad. Este invento trae enormes beneficios para todos, y en especial para personas que por causas genéticas o quizá algún accidente ahora se ven imposibilitadas de realizar estas actividades, que para la mayoría son tan sencillas y casi se hace de manera inconsciente.

Uno de los inventos de esta profesional es el que denomina Hairware, que es un prototipo que conecta extensiones de cabello químicamente metalizadas a un microcontrolador, convirtiéndolo en un dispositivo de entrada para activar diferentes objetos, y que trae la oportunidad de hacer uso consciente de un comportamiento que normalmente es inconsciente.

En su entrevista en el Diario el Comercio, Katia cuenta cómo fue posible hacer que mediante esta tecnología, una persona tetrapléjica pudiera tener superpoderes. Relata que ella tenía un proyecto llamado Superhéroe que buscaba aumentar las capacidades del hombre y que expuso en varios países vestida de un superhéroe que hacía levitar objetos, y que fue así como una persona tetrapléjica la buscó en una de sus presentaciones y le dijo que también quería ser superhéroe, pues solo cambiar de canal de televisión le tomaba como 30 minutos. Bueno, esta tecnología lo permite y es un ejemplo de cómo la tecnología puede estar al servicio del hombre y mejorar su vida.

En este contexto, es importante tomar conciencia del impacto de la tecnología en la vida del hombre y en la necesidad de contar con reglas que garanticen su correcta aplicación y regulen las consecuencias negativas que podrían ocasionarse de su uso, así como la asignación de responsabilidad por las mismas. Si bien las normas jurídicas siguen a la realidad para regularla, desde el campo del Derecho no podemos permanecer rezagados ante la vertiginosa evolución de la tecnología.


[1] http://elcomercio.pe/tecnologia/gadgets/innovadora-peruana-que-volvio-inteligente-al-maquillaje-noticia-1962516

[2] http://katiavega.com/