CB: Fíjate que, como bien han dicho, el Latino Barómetro, pero también casi todas las otras encuestas dicen que el principal problema del país es la falta de seguridad y la delincuencia. Y, a su vez, cuando hay preguntas sobre la aprobación presidencial, esta cae. Este año ha tenido su caída más profunda. La principal razón para la caída siempre es que no se hace lo suficiente en materia de seguridad ciudadana. Entonces, una de las principales víctimas de la delincuencia por lo poco que hace para combatirla es el propio Presidente, o por lo poco que percibe la gente que se está haciendo en materia de seguridad ciudadana. A su vez, también se han incrementado la tasa de delitos, la de faltas y la sensación de inseguridad de la gente a niveles alarmantes. 9 de cada 10 personas se siente insegura en la calle. La confianza en la policía también ha disminuido como también la confianza interpersonal. Es decir, no solo desconfiamos de la institución encargada de protegernos, sino también de nuestros vecinos. Entonces, todo ese contexto es muy peligroso para el desarrollo del país.
Cuentan los historiadores que, en épocas antiguas, los conflictos se solucionaban –o al menos es lo que se pretendía– sobre la base de la justicia retributiva denominada: “por mano propia”. De modo que, ante un crimen o delito cometido por una persona, el castigo que recibía era uno proporcional al daño que se había realizado; este mecanismo bien puede traducirse en la frase popular: “ojo por ojo, diente por diente”.
Una trágica noticia sobre la muerte de una mujer, joven madre de 3 niños, en un céntrico hotel limeño, alteró la celebración del Día de la Mujer en nuestro país el pasado 8 de marzo de 2014. Este nuevo caso de feminicidio se suma a la cruda realidad de inseguridad que envuelve nuestra sociedad y se relaciona con múltiples causas: problemas estructurales de pareja, abandono de la mujer, machismo promovido por programas televisivos, la publicidad o medios de comunicación, consumismo sin control de alcohol, drogas y sexo, y muchas otras causas más complejas como la extrema desigualdad en el ingreso económico de las personas o la corrupción de funcionarios y empresarios que se enriquecen comercializando “lo malo” que puede identificar nuestra conducta.
Si acaso no estaba del todo claro, en el 2013 se enfatizaron algunos consensos sobre la caracterización actual de la sociedad peruana. Fruto del crecimiento sostenido de másde una década, la población de los estratos medios superó por primera vez a lospobres. Se discutieron aspectos técnicos relacionados con la medición de “clase media”, básicamente un término residual, pero no se disputó lo principal: somos un país socio-demográficamente distinto al de los noventas. Pero la asimilación del dato ha carecido de un ánimo crítico. No se ha visto frente alespejo del otro gran acuerdo analítico: la debilidad estatal. ¿Cuál es la consecuencia deuna sociedad mayoritariamente mesocrática cuyos habitantes no sostienen vínculos con las instituciones estatales? La informalidad nuestra de cada día es el obstáculo insuperable que impide el optimismo sensato.
El tema de este libro es la conquista de la pobreza, no su “abolición”. La pobreza puede ser aliviada o reducida, y en el mundo occidental en los últimos doscientos años ha sido casi milagrosamente aliviada y reducida; pero la pobreza es en última instancia individual, y la pobreza individual no puede ser más “abolida” de lo que pueden serlo la enfermedad o la muerte.
Un factor causal significativo en el crecimiento de la división de clases reportado en el libro de Murray podrían ser los retornos crecientes al coeficiente intelectual (CI). En una sociedad donde la mayoría del trabajo es manual, la demanda por mano de obra de este tipo es grande, y los retornos a cualidades personales que mejoran la productividad de un trabajador manual, como la fuerza física y la tolerancia por condiciones de trabajo sucias o peligrosas, es sustancial y favorece a los hombres, porque ellos tienen una aptitud superior para la mayoría de estos trabajos.
Por: Carla Cabanillas
Estudiante de la Facultad de Derecho de la PUCP y ex-miembro de Enfoque Derecho.
"El hombre está habitado por silencio y vacío./
¿Cómo saciar esta hambre,
/cómo acallar este silencio y poblar su vacío?/
¿Cómo escapar a mi imagen?/
Sólo en mi...
Por: Lucas Ghersi
Estudiante de Derecho en la PUCP. Miembro de THEMIS y del Consejo Editorial de Enfoque Derecho.
Al redactarse la constitución peruana de 1920, el presidente Augusto B. Leguía creyó estar rindiendo un importante servicio a sus compatriotas más...
No soy una persona religiosa. No obstante, guardo respeto y hasta cierta dosis de admiración por quienes sí lo son, pues debe ser reconfortante tener la capacidad de encontrar paz interior sin necesidad de recurrir al consuelo de terceros.
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Gracias al nuevo convenio entre Enfoque Derecho y Expresa.la, presentamos a nuestros lectores la exclusiva entrevista realizada al doctor Bartolomé Clavero sobre los mecanismos de participación de la ONU y sus comentarios sobre la aplicación de la Declaración para...