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Es muy fácil anunciar intenciones gubernamentales o legislar a favor de metas abstractas. Lo difícil es que tal legislación se haga realmente eficaz. Cuando se determina algo que el Estado debe promover (el deporte, la ciencia o la cultura), todos se alegran cuando se crean organismos especializados para ello (incluso muchos proponen la creación de ministerios para esos casos). Pero pocos se preocupan de que ello tenga algún resultado positivo real.
Corría el segundo lustro de la década de 1990. Éramos universitarios tratando de entender qué pasaba en el país. De un momento a otro,“salir a la calle” se hizo frecuente. La arbitraria destitución de magistrados del Tribunal Constitucional (1997) derramó el vaso de la indignación. Era la primera vez que esa palabra recorría cual rumor los pasillos y las aulas.
El Congreso parece ser una fuente inagotable de propuestas -quizás bien intencionadas- que empeorarían la calidad de vida de los ciudadanos que lo eligieron. Un congresista del Grupo Parlamentario Fuerza Popular acaba de añadir a nuestra colección una propuesta de política pública realmente preocupante plantea crear un Organismo Regulador de Precios de Medicamentos.
Estoy totalmente de acuerdo con Becker en que el proyecto de ley presentado la semana pasada en el Senado "Ley de Modernización de la Seguridad Fronteriza, oportunidades económicas y de Inmigración de 2013"- de aprobarse tal como está escrito será un gran paso en la dirección de la reforma de nuestra política de inmigración, un política que Becker llama con razón "simplemente un desastre".
¡La política de inmigración estadounidense es simplemente un desastre! Las habilidades que tienen los potenciales inmigrantes tienen un menor peso en determinar las prioridades de la inmigración legal, que en cualquier otro país desarrollado.
Sacarse de encima al Poder Judicial es una clásica receta del chavismo. El pasado 8 de abril, Cristina Fernández de Kirchner reveló su propio plan de ataque contra el Poder Judicial argentino.
Según los resultados, el fujimorismo es una identidad política emergente y reta a aquellos que sostienen que la organización es un antecedente necesario para la construcción de un partido. El fujimorismo no tiene organización pero tiene seguidores: un 6.1% de fieles y un 10.4% de fujimoristones. Por su parte, el aprismo es una identidad en declive, más desgastada aún luego de su segundo gobierno. Los apristas disciplinados suman alrededor del 2% del electorado, mientras que los apristones llegan a 6.3%, de acuerdo con la metodología presentada.
Durante los últimos días las encuestas han demostrado una reducción en la distancia de intención de voto entre Nicolás Maduro y su opositor Henrique Capriles. Esta corta distancia de sólo 7,2 puntos porcentuales que separa a los candidatos resulta esperanzadora para muchos simpatizantes de Henrique Capriles que ven el día de hoy como uno que marcará un momento decisorio para el destino de los venezolanos: la continuación del modelo chavista o un punto de inflexión con miras hacia las reformas económicas y la libertad. Sin embargo, la balanza sigue inclinándose hacia el sucesor chavista, con una intención de voto de 44,4% frente a un 37,2% correspondiente a Capriles, esto quizás debido a la ola emotiva generada por la muerte de Chávez en la población.
Es deleznable que sea el mismo Estado el que busque forzarnos a trabajar para él contra nuestra voluntad a cambio de una paga insignificante.
Las medidas populistas son fenómenos ampliamente conocidos en nuestra historia económica, y aunque muchos de los votantes las critican ampliamente, los Populistas continúan siendo (re) elegidos.

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