Por Carolina Pérez-Taiman Harm,

Asociada senior de Garrigues (Perú), abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Magíster en Derecho (LL.M) por la Universidad de Nueva York.

La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) estima que entre 2022 y 2027 la capacidad global en energía renovable va a aumentar un 75%. Con gran potencial de generación de energías no renovables en toda la extensión de su territorio, el Perú se suma a esta tendencia global con más de 60 proyectos de centrales de energías renovables no convencionales eólicas y solares fotovoltaicas en cartera. Con el aumento del número de proyectos de energías renovables, resulta interesante enfatizar un instrumento clave: el PPA. 

Un Power Purchase Agreement o PPA, por sus siglas en inglés, es un contrato de compraventa de energía mediante el cual una empresa generadora vende energía producida por una instalación específica a un comprador (ya sea el propio consumidor o una empresa comercializadora de energía) mediante la entrega efectiva de esta energía. A través de estos contratos, es posible optimizar el costo de la electricidad, en la medida en que ésta es obtenida de una central específica bajo un precio y volumen establecidos, según lo pactado en el contrato. Además, junto con la venta de energía se reciben certificados de atributos energéticos, que garantizan que la energía proviene de una fuente renovable. A este contrato se le denomina comúnmente como PPA tradicional o físico. 

Con el boom mundial de los proyectos de energías renovables, surgieron también ciertas variantes a los PPA: una de estas variantes es el PPA financiero o virtual. A través de un PPA virtual, el vendedor (una empresa generadora de energía) vende energía a un comprador, pero en este caso la entrega de energía es ficticia, es decir, no hay entrega física de energía. Se le denomina también PPA financiero porque en la práctica funciona como un contrato de derivados. Primero, un generador acuerda vender una cantidad de electricidad a un comprador por un precio fijo (precio pactado). Luego, la electricidad se vende a través del mercado spot. Finalmente, el generador y el comprador liquidan sus posiciones en función de las diferencias entre el precio pactado y el precio spot.

De esta manera, si el precio pactado es inferior al determinado por el mercado mayorista de electricidad, el comprador recibirá del generador un descuento igual a la diferencia entre el precio pactado y el precio spot. De manera inversa, si el precio pactado es superior al precio spot, el comprador pagará la diferencia al generador. Además del componente financiero del contrato, el PPA virtual presenta otras ventajas, como por ejemplo ser un medio para que el comprador alcance objetivos climáticos específicos. De hecho, los PPA virtuales en el Perú son generalmente suscritos entre dos empresas generadoras, donde el comprador (quien es a su vez productor de energía) “adjudica” a sus clientes la energía renovable “limpia” producida por la central del vendedor, obteniendo a su vez certificados de atributos energéticos. 

Si bien los PPA virtuales son relativamente nuevos en el Perú (de hecho, a la fecha no se han suscrito muchos), las empresas generadoras y las entidades que financian los proyectos se encuentran cada vez más interesadas en este tipo de contratos por las ventajas y flexibilidad que otorgan.

Por ello, es clave comprender bien cómo funcionan estos contratos desde el punto de vista técnico y legal, para así incluir la regulación apropiada que permita que los riesgos derivados de la ejecución del contrato se encuentren adecuadamente distribuidos entre las partes, y que a su vez faciliten la bancabilidad del proyecto. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí