A propósito de la inauguración del Mundial Brasil 2014, presentamos una entrevista de Enfoque Derecho a Alberto Beingolea, abogado y periodista deportivo, quien nos habla sobre este esperado evento en un contexto de protestas y disturbio social en un país de fútbol.

Señala que «Si algo puede detener esto (las protestas) es precisamente el Mundial de fútbol. Me temo que esta protesta está generando un daño adicional a la moral colectiva de la selección de Brasil, porque cuando comiencen las derrotas de la selección de Brasil el Mundial no debe haber acabado todavía y no sé en que vaya a terminar esto.» señala

Transcripción de la entrevista completa:

ED: Conforme nos hemos ido acercando a la apertura del Mundial Brasil 2014, las protestas han ido creciendo y tomando más notoriedad. ¿Qué opinión le merece? ¿Hay antecedentes de este tipo en mundiales pasados?

Así de esa magnitud no. Hay una serie de antecedentes de varias cosas, pero no tienen comparación con este nivel de protesta social, que lo que hacen es primero evidenciar ante el mundo el fracaso de un modelo. Brasil es una economía demasiado grande, entonces a veces nos contamos cuentos y se venden fácil. Yo creo que es un modelo que no ha servido, que está embalsando una protesta social que ahora se está comenzando a conocer a nivel internacional. Obviamente, los agentes de la protesta aprovechan un escenario como éste que es ideal para decirle al mundo: “Ey, todo lo que se dice sobre Brasil, no es cierto; aquí estamos los trabajadores de Brasil con un montón de problemas. Hay problemas muy serios de corrupción, y queremos denunciarlos.”

¿Estos problemas van a vencer al Mundial? Creo que no, pero que están sirviendo de plataforma para que nos enteremos de algunas cosas que teníamos que enterarnos de lo que pasa en Brasil, creo que sí.

ED: Distintas personalidades, entre ellas Ronaldo, han criticado al gobierno por incumplir los compromisos asumidos respecto a la realización de este evento.  ¿Qué debería hacer el gobierno de cara a esta situación?

Ahora ya no tiene ninguna cosa que hacer. Ahora estamos en la etapa, lamentablemente, de represión porque ya no le queda otra cosa; es decir, está contra la pared, contra el tiempo y no tiene ni los fondos para satisfacer la demanda social que él mismo género por una serie de políticas inadecuadas y absolutamente contra el tiempo para cumplir con sus obligaciones frente a FIFA. Así que no tiene ninguna otra posibilidad de maniobra.

ED:¿En qué medidas se ha equivocado?

En muchas cosas, en política social básicamente. Que es un poco un reflejo de lo que podemos comenzar a ver en general en América Latina, donde hay algunas economías que han tenido que crecer, que de hecho han crecido en cifras macro y podemos hablar de Perú, aunque esto no se manifiesta en la realidad de cada uno de sus trabajadores. Llega un momento en que la gente con toda justicia dice : “¿Oye y yo cuándo?”.

ED: En declaraciones la Presidenta Rousseff, se mostró confiada que los brasileños comprarán «una cervecita y encenderán la televisión para hinchar por la selección».  ¿Qué le parece un gesto político como tal en un contexto de disturbio social?

Eso me parecería terrible; yo creo que va a ocurrir, sin embargo. Creo que no va a ocurrir por un pedido del gobierno, sino por la propia afición brasileña que seguramente va a, en algún momento, parar porque quiere ver el Mundial. Esto es un fenómeno social también, quien no quiere entenderlo es porque no entiende el fútbol y no entiende la dinámica de los fundamentos sociales, pero el fútbol es el gran fenómeno social del siglo XX. Entonces, si algo puede detener esto es precisamente el Mundial de futbol. Me temo más bien, que estas protestas están generando un daño adicional a la moral colectiva de la selección de Brasil. Y ahí sí, la cosa es distinta, porque cuando comienzan las derrotas de la selección de Brasil el Mundial no va a haber acabado todavía, y no sé en que vaya a terminar.

ED:  El Mundial es, de lejos, el evento mediático más grande del mundo. ¿Qué mensaje transmite este Mundial donde conviven las protestas y el deporte como las dos caras de una misma moneda?

Yo creo que habría que reflexionarlo después del Mundial, no ahora. Después del Mundial habría que pararnos un poquito a ver hacia dónde estamos yendo como ser humano. Pablo VI, con la sabiduría que solamente él tenía, cuando hablaba de la miseria de grandes sectores de la población del mundo, ya no solamente nos hablaba de cuestiones éticas, sino nos también políticas. Yo resumiría esa gran encíclica en una frase genial de Pablo VI: “El desarrollo es el nuevo núcleo de la paz”. Pablo VI, nos decía que vivimos en un mundo globalizado – no usaba esa palabra en sí– pero, se refería a un mundo donde hay medios de comunicación masivo, hay satélite, hay televisión y los humildes de la tTierra son cada vez más conscientes de las diferencias. Los pobres de la Tierra son cada vez más conscientes de su pobreza y cada vez, más conscientes que, mientras ellos tienen que pasar miserias, hay algún sector de la población que tiene tal nivel de riqueza que se genera una injusticia que clama al cielo. Eso es básicamente lo que él decía, es un tema de justicia social que ya no pasa solamente por un factor ético, sino por un factor político.

Así, concluía diciendo que si no nos damos cuenta de eso lo que va a ocurrir es que en algún momento esta gente se va a hartar, va a comenzar a caminar y a tomar otras medidas. Tengo la impresión de que no nos hemos dado cuenta de esto, en este período de “bienestar” en que solemos estar algunos, no nos damos cuenta de que la brecha se hace cada vez más grande, que la inequidad no va a llevar de ninguna manera al progreso, y que todo se va a paralizar de un sopetón en algún momento, tenemos que comenzar a voltear los ojos, tenemos que comenzar a asumir valores cristianos otra vez, para preocuparnos precisamente del desvalido, de quien quedó en el camino, quien no tuvo la habilidad de otros para poder ir adelante. Y poder caminar todos juntos, porque si no caminamos todos juntos hacia el progreso no va a haber progreso. Eso es lo que va a ocurrir al final en algún momento.

Creo que este Mundial un poco nos está diciendo eso. Es un evento con el que todos estamos felices porque a todos nos gusta el fútbol, pero te aseguro que estaríamos igual de felices si se hubiera gastado la centésima parte de lo que se está gastando. Ósea, si estuvieran frente a frente las elecciones de Brasil y de Alemania, seriamos todos igual de felices en el planeta y lo veríamos todos con la misma felicidad. Se ha botado un espectáculo y una parafernalia tal que implica tal cantidad de millones que los pobres de la Tierra tienen todo el derecho de decir: ¿por qué te tiras tanta plata en algo que no requería esto y más bien no  nos ayudas un poco a todos nosotros? Esa es la reflexión final a la que deberíamos llegar después de esto, esto que comenzó con la humildad de un grupo de alumnos en Freemason, una taberna londinense hace 100 años, que comenzó con esa humildad, con esa chispa, que comenzó en todas partes del mundo con los más humildes de la sociedad; en el Perú con camioneros y obreros que luego, se convirtieron en leyendas del futbol peruano para llegar a lo que es hoy. Este meganegocio ha llegado a niveles tan absurdos que uno tiene que repensar las cosas y repensarlas en serio, como colectividad, ¿Hacia dónde vamos? Es posible que algunos cuantos sigan acumulando esa magnitud de riquezas frente a la miseria cada vez más evidente de grandes mayorías, eso es viable, pero ¿hasta cuándo va a ser viable? ¿O lo detenemos con inteligencia o alguien lo va a tener de sopetón? Y eso, no nos va a gustar.

ED: Desde su experiencia, a nivel personal, ¿qué espera de este Mundial, cómo cree que se va a desarrollar este deporte?

Acá hay un tema social que tú me has hecho reflexionar y que creo que podría tener algunas implicaciones posteriores, espero que no. Es decir, la primera impresión que tengo es que la presión va a ser demasiado grande sobre Brasil y que Brasil no va a ser campeón del mundo. Por diferentes razones, hay presiones futbolísticas, hay presiones históricas y presiones sociales. Y el técnico ha tenido la mala idea de convocar a un grupo de chiquillos, pero los mundiales no los ganan los chiquillos, los ganan los grandes. Yo no conozco ningún Mundial en la historia que haya sido ganado por un grupo de chiquillos. Y en este, que es donde el anfitrión va a tener la presión más grande que yo recuerde, nunca en la historia el anfitrión ha tenido tanta presión, nos están poniendo a un grupo de criaturas, no los veo a nivel mundial. Esto puede generar dos problemas: el primero, una intencionalidad de la FIFA que Brasil avance, lo que se puede traducir malamente al atender la tensión sobre los arbitrajes; y un segundo, que puede producir la eliminación de Brasil donde pueden surgir factores explosionantes en lo que reste del Mundial.

Por lo demás, me gusta mucho Uruguay. Creo que es un equipo grande, armado, hecho, solido que conoce los tiempos del fútbol, que tiene grandes figuras, que se conoce de memoria, que tiene la agresión técnica de un sabio, y que ha crecido con las leyendas de maracanazo. Esos chicos, además, tienen eso en la cabeza, van a llegar híper agrandados, pero con un muy buen manejo técnico. Tábarez no va a permitir que ninguno de ellos se la crea. Así que si tú te pones a pensar en un favorito, para mí es Uruguay.

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