Por Leonardo José Urteaga Stucchi. Estudiante de derecho de último ciclo de la Universidad de San Martín de Porres

Introducción:

¿Qué es el arte? Aunque definamos el arte material, el arte abstracto, el arte conceptual,  etc. podemos llegar a la conclusión que hasta una idea puede ser arte, por lo que tanto la  literatura como las modernas obras audiovisuales son formas de arte. Aunque  mediáticamente estos dos están en constante conflicto (libro y película) guardan muchas  más semejanzas. El héroe es una figura recurrente de estas dos formas de arte, pues como  defensores del derecho a la vida, pero también suelen sacrificarse. Si ellos son fervientes  defensores de la vida porque no salvaguardan su propia vida o porque matan a veces.  Como manifestación artística el héroe dice mucho acerca de nuestra sociedad y a lo largo de este ensayo desarrollaremos como el héroe y su sacrificio, nos muestra una realidad social en la que la vida no es un derecho absoluto, sino más bien relativo. 

El significado del Heroísmo:

Locutor: ¿Qué piensa de los héroes como Superman, he-man…? 

Chespirito: No son héroes ¿Héroe? el chapulín colorado. Y esto es serio. El  heroísmo no consiste en carecer de miedo sino en superarlo. Aquellos no tienen  miedo, Batman, Superman, son todopoderosos no pueden tener miedo. El chapulín  colorado se muere de miedo, es torpe, débil, tonto, etc. Y consciente de esas  deficiencias se enfrenta al problema, ese es un héroe. Y pierde, otra característica  de los héroes. Los héroes pierden muchas veces, después sus ideas triunfan… (Fórum Chaves, 2010, 2:41) 

¿Qué es un héroe? Aunque la RAE tiene hasta seis acepciones para definirlo, sintetizando  estos conceptos se entiende como persona ilustre, que realiza acciones abnegadas para  causas nobles, famosa por sus hazañas o protagonista de obra de ficción. Pero, esta  definición es superficial y no explica su importancia, su influencia y su vigencia social, 

porque los héroes son parte importante de todas las culturas. La transmisión de valores se  da a través de los relatos, los que (generalmente) cuentan con un héroe porque este  arquetipo sintetiza valores morales que se institucionalizan por su obrar y se pretende  transmitir. Al representar estos ideales, los valores culturales se legitiman junto con su figura  como héroe, enriqueciendo culturalmente a sus integrantes y de esa forma a la sociedad (Cardona, P. 2006).

Un héroe recurrente en la historia es Hércules (Heracles en el mito griego original) quien ha  sido un héroe admirado y recordado desde la antigua Grecia hasta la actualidad, sin  embargo, no ha sido siempre el mismo. En los relatos de Hesíodo, Hércules es un héroe muy feroz, lleno de amantes y con una historia trágica en la que mató a su mujer y a sus  hijos. Hasta la actualidad ese héroe sigue siendo relevante, aunque con cada época se  adaptan los ideales que deben representar. Prueba de esto es que en la adaptación hecha  por Disney en 1997 su historia no solo es más accesible para el público infantil, también los  ideales que los hombres perseguían en la cultura griega, en la historia original, se ven  transformados por los valores de esta época en la que Hércules renuncia a ser un Dios para  vivir como un mortal junto a su amada. 

Tras analizarlo, uno nota que los héroes son la manifestación de los valores sociales que  una cultura quiere practicar en sí misma. Ellos son ese cúmulo de valores que dirigen al  bien común, que en una era pasada pretendieron protegerse a través de leyes y hoy en día  pretenden protegerse en las constituciones. Tiene mucho sentido que las acciones de los  héroes, sus características, su definición cambie con el paso del tiempo, con la historia, con  los contextos sociales porque las mismas variaciones sufre el derecho a lo largo del mundo.  Por lo tanto, la compleja labor del sistema jurídico por defender los valores sociales se  refleja muchas veces en las complicadas tramas que estos héroes atraviesan, las cuales  son complejas, no porque el mundo de fantasía lo sea, sino porque la toma de decisiones,  de hacer lo correcto, ha sido trasladada al héroe, quien a su vez lo traslada al espectador. 

Es por esto que aquellos problemas jurídicos en los que existe controversia, se puedan  reflejar en héroes más contemporáneos. Un gran ejemplo de esto es la serie animada  Avatar: La leyenda de Aang (del año 2005). Esta serie se desarrolla en un mundo de  fantasía en la que existen cuatro naciones: agua, tierra, fuego y aire. Por razones políticas  una de estas naciones decide expandirse y comienza una guerra por colonizar a las otras  naciones para demostrar su superioridad, llevando a cabo secuestros, invasiones  genocidios durante cien años, siendo la misión de nuestro héroe derrocar al líder de esta  nación para ponerle fin a esta guerra inhumana. En el año 2008 esta serie fue galardonada  con el premio PEABODY por la excelencia en comunicación reconociendo que: “Esta serie  se distingue por sus personajes multidimensionales, su inusual complejidad en series  animadas y su sano respeto por las consecuencias de la guerra.” (Peabody, 2008, Stories  than matter)  

En el arco final de esta serie nuestro héroe debe enfrentar a su antagonista (el señor del  fuego) y aunque según la premisa de la serie el problema a resolver es si nuestro héroe  logrará la paz, en este arco cambia el conflicto del héroe, lo hace más profundo y genera  otro conflicto: ¿Nuestro héroe debería matar a su antagonista para establecer la paz? A lo  largo de sus últimos capítulos nuestro héroe rechaza cumplir con su misión porque  considera que matar al villano sería incorrecto e incluso otras personas le recriminan el  hecho de ser indeciso, de ser débil por no querer matarlo. El espectador de esta obra es  forzado a reflexionar si es correcto matar a una persona para salvaguardar la vida de las  demás, si acaso hay vidas más valiosas que otras y si nuestro héroe, quien es  perfectamente análogo al Estado porque tiene el poder-deber de mantener el orden en el  mundo, debería o no debería acabar con la vida de todo aquel que contravenga ese orden. 

Aunque se trate de un tema parcialmente polémico (la pena de muerte) la actual política  internacional está institucionalizando su abolición. Y es que hasta antes de esta época  resultaba extraño cuestionar si la pena de muerte era o no correcta, esta existía como reflejo  de justicia social; pero en esta época contemporánea la pena de muerte es un mal pues  impide subsanar errores judiciales (pues es irreparable), elimina toda posibilidad de  enmienda o redención y rehabilitación del procesado (Preámbulo, Protocolo a la CADH,  1990). En palabras de la propia Corte Interamericana de Derecho Humanos (en adelante  Corte IDH):  

No se trata ya de rodear de condiciones rigurosas la excepcional imposición o  aplicación de la pena de muerte, sino de ponerle un límite definitivo, a través de un  proceso progresivo e irreversible destinado a cumplirse tanto en los países que no  han resuelto aún abolirla, como en aquellos que sí han tomado esa determinación.  (Corte IDH, OC/83 de 8 septiembre de 1983). 

Entonces queda claro que la lucha de este héroe no solo es una lucha fantástica, también es la lucha de los valores de la sociedad moderna que son puestas a prueba por otros 

ideales o por razonamientos más intuitivo. Esta revalorización de la vida, la que permite que  sigan vivos violadores, asesinos o psicópatas por la “potencial” redención o rehabilitación  de los criminales, se plasma muy bien en la obra antes mencionada y se desarrolla de tal  forma que le da más contenido y valor a la vida humana, en otras palabras, a través de  relatos heroicos logramos explicar el contenido del derecho a la vida. Y cómo hoy en día  forma parte de este derecho el dejar de lado la pena capital y el perdonar la vida del criminal.  

El valor de la vida 

Tulip: ¡¡ ¿Tú me enseñas esa cinta, cuando podrías solo habérmelo dicho desde el  principio?!! 

La Gata: ¡oh!… supongo que solo debí “haberte dicho” cómo salvar al perro (…) 

Tulip: ¿ES QUE NO LO ENTIENDES? ¡VER SU CINTA HIZO TODO MÁS DIFÍCIL!  Era más sencillo cuando pensaba que el CONDUCTOR era solo un robot sin  corazón ¡Convirtió a Atticus en un monstruo! ¡NO ME QUIERO SENTIR MAL POR  ELLA!… Pero ahora sé que es una persona llamada Amelia, que estuvo  enamorada… ella está herida… y que ella está, escapando de los cambios que tuvo  su vida… porque, tiene miedo (suspiro). Igual que yo (Infinity train. 2019. Cap. 9). 

No hace falta una profunda argumentación filosófica para entender porque la vida tiene un  valor, de forma individual cada uno valora su propia vida. El sentido de supervivencia nos  lleva a entenderlo y es un punto que todos tenemos en común. Este valor individual se haya  en cada uno de nosotros y es por eso que a nivel social la vida es un valor objeto de  protección jurídica. Pero todo esto se complica cuando alguien trata de atentar contra  nuestra vida o contra la de un ser querido, en esas circunstancias todo el entendimiento del  valor de la vida se relativiza. Sabemos que matar a otro está mal, pero también sabemos  que conservar nuestra vida está bien. Al igual que el derecho a la vida, la legítima defensa  también existe, haciendo no reprochable el hecho de matar a alguien si se hizo en defensa  propia o de alguien más. 

En la película Batman: El caballero de la noche (2008), nuestro héroe tiene una regla firme  de no matar porque considera incorrecto matar, no obstante, en este largometraje tuvo que  acabar con la vida de un criminal para defender la vida de un niño. Esta obra idealiza el  derecho a la vida, pues el héroe jamás mata a criminales premeditadamente como si se  tratase de una sentencia, pero a su vez es forzado a salvar a un niño matando a alguien en  legítima defensa, con este doble actuar, no se traduce en hipocresía o doble moral, solo  traduce los mismos valores que sociedades como la nuestra en que la pena de muerte es  algo tan excepcional que está prácticamente abolida es capaz de coexistir en armonía como homicidios hechos en legítima defensa. ¿Qué otros límites existen? 

El sacrificio del héroe trae muchas complicaciones cuando se quiere replicar en la vida real,  porque sí será consistente el relato, solo debería sacrificarse la vida (un bien tan preciado)  porque se le ha establecido un límite o se salvaguarda algo más valioso que la propia vida,  pero esto no es algo tan subjetivo. Por ejemplo, en España unos reclusos sentenciados por  terrorismo, realizaron una huelga de hambre para que la administración cediera a sus  peticiones, estaban dispuestos a sacrificar su vida por volver a estar juntos pero la  administración no los dejó morir y los alimentaban de manera forzada restringiendo su  libertad. Ante esta situación el Tribunal Constitucional Español menciona que: “… el  derecho a la integridad física y moral garantizada por el artículo 15 CE, y unida  inevitablemente a ella una restricción a la libertad física, que vienen justificadas por la  necesidad de preservar el bien de la vida humana…” (Criado, J. 2011).

De igual forma si bien podemos estar de acuerdo con que la vida de los procesaos sea más  importantes que su libertad para elegir, esta última ya había sido reprimida cuando fueron  sentenciados por delitos. Pero qué ocurre si por perseguir sus ideales una persona  estuviera dispuesta a arriesgar la vida (similar a un héroe). Por ejemplo, la libertad religiosa,  los testigos de Jehová suelen rechazar las transfusiones de sangre por ir en contra de sus  creencias y algunos prefieren la muerte, pero ¿se les permite morir por sus creencias? Pues  en general el paciente tiene derecho a solicitar que no se le practique una transfusión y el  médico está obligado a velar por la salud y respetar la decisión del paciente; sin embargo,  se libra al médico de responsabilidad si frente a un estado de necesidad debe aplicar  transfusión pues la vida es el bien jurídico que prevalece. (Ramírez, Jiménez & Rivera,  2003) 

El valor de la cicuta 

Porque temer a la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo,  y creer conocer lo que no se sabe. En efecto, nadie conoce la muerte, ni sabe si es  el mayor de los bienes para el hombre. Sin embargo, se le teme, como si se supiese  con certeza que es el mayor de todos los males (…) Lo que sé de cierto es que  cometer injusticias y desobedecer al que es mejor y está por cima de nosotros, sea  Dios, sea hombre, es lo más criminal y lo más vergonzoso. Por lo mismo yo no  temeré ni huiré nunca de males que no conozco y que son quizá verdaderos bienes;  pero temeré y huiré siempre de males que sé con certeza que son verdaderos  males. (Platón, Apología de Sócrates) 

Y es que jurídicamente (salvo por la legítima defensa) pareciera que existe un exacerbo por  el derecho a la vida; parece absoluto o ponderativamente más importantes que otros  valores, pero ¿lo es en realidad? Aunque en el día a día existan distintos trabajos que  pongan en riesgo la vida de las personas y se permitan, no significa que jurídicamente estos  trabajos tengan más valor que las vidas de estas personas, pero en algunos casos sí  pareciera tenerlos para las personas que realizan estos trabajos. Por ejemplo, en el caso  de las Fuerzas armadas o la policía, su formación castrense los lleva a valorar más su deber  que su propia vida por eso la ponen en riesgo cuando cumplen su deber.  

El gigante de hierro (1999) es una película animada que no es propiamente una película  heroica, sin embargo, uno de sus personajes sí es un héroe. La película cuenta la historia  de un robot gigante con consciencia propia y junto a un niño aprende a comportarse como  humano. No obstante, este robot tenía una capacidad destructiva muy alta, la que asustaba  a los militares y los llevo a enviar una bomba nuclear al pueblo donde yacía el Gigante. Este  robot al ver lo que ocurriría decide dejar de vivir para dejar de ser un arma y explotar en el  cielo junto con la bomba para así ser un héroe. En esta obra el sacrificio del héroe no se da  solo para salvar otras vidas, porque nunca se pretende transmitir en la obra la idea de que  una vida valga menos que muchas vidas, pero sí deja en claro que la vida no es un límite  para definirte. 

El libre desarrollo de la personalidad es por tanto un claro límite al derecho a la vida porque  por sí misma la vida no es un derecho absoluto. Las personas que arriesgan su vida por  sus proyectos de vida, dígase, acróbatas, deportistas extremos, luchadores profesionales,  etc. Arriesgan su vida porque no consideran que esto sea tan importante como aquellas  metas que los llevan a su realización personal y tienen el derecho de hacerlo pues “la  libertad del ser humano (…) se juridifica, impidiendo a los poderes públicos limitar la  autonomía moral de acción y de elección de la persona humana, incluso en los aspectos  de la vida cotidiana que la mayoría de la sociedad pudiera considerar banales” (5000  ciudadanos contra el artículo 3° de la Ley N° 28705, 2011). 

El caso histórico de la apología de Sócrates, que hoy en día ya es casi un mito, también  pondera la vida frente a otro valor social, la seguridad jurídica; y es que cuando se le ordenó  morir tomando cicuta, sus discípulos ya habían ideado un plan para ayudarlo a escapar,  pero él se negó y el mismo fue juez pues filosofando explicó que no hay certeza sobre si la  muerte es un bien o un mal pero no acatar la decisión del jurado era un mal seguro, por ello  no resultaba su vida tan valiosa como el bien, la justicia o en este caso la seguridad jurídica.  De igual forma todos nosotros, somos ignorantes de lo que morir significa pues nadie que  haya estado muerto ha regresado. Incluso en las religiones que condenan el suicidio no  condenan el sacrificio (p.ej. Jesucristo). Porque la vida no es absoluta, no lo es en los relatos  heroicos, no lo es en realidad y por ello tampoco lo es en el derecho 

Conclusión 

En conclusión, tanto los relatos heroicos como el derecho, salvaguardan los valores  sociales, que por ser tales, cambian y se adaptan a los contextos y las épocas en las que  aparecen; La vida, como valor social, también está en un constante cambio, no en todas  las épocas era concebida con la misma importancia o valor y es quizá en esta época en la  que goza de mayor exaltación y protección como derecho, sin embargo, no es absoluto y  el sacrificio del héroe es la prueba de ello. Porque el sacrificio del héroe no solo se da para  salvar vidas, porque la vida por sí misma no es invaluable, el sacrificio del héroe se realiza (incluso dentro de sus propias historias) para proteger otros valores sociales que, si bien se  ejercen por medio de la vida, no constituyen su fin, la libertad y la personalidad son límites palpables del derecho a la vida, pudiendo uno incluso sacrificarla si considera que lo vale. 


Referencias:

5,000 ciudadanos contra el artículo 3° de la Ley N° 28705. (2010) 032-2010-PI/TC.  Tribunal Constitucional del Perú. 

Cardona, P. (2006) Del héroe mítico, al mediático. Las categorías heroicas: héroe,  tiempo y acción. Revista Universidad EAFIT. 42 (144), 51-68.  https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/16681/document%20- %202020-08-07T145919.536.pdf?sequence=2&isAllowed=y 

Corte Interamericana de Derechos Humanos. (8 de septiembre de 1983). Opinión  Consultiva OC-03/83. Serie A No. 3. Recuperado de  https://www.corteidh.or.cr/sitios/libros/todos/docs/cuadernillo1.pdf 

Criado, J. (2011). Huelga de Hambre y alimentación forzosa. En Dedicado a: XIX  congreso “Derecho y Salud”. 1 (21), 129-139.  https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/262420 

Fórum Chaves. (15 de diciembre de 2010). Jorge Guinzburg entrevista Roberto  Gómez Bolaños “Chespirito” (1987) [Video].  https://www.youtube.com/watch?v=lVorDxawqaM&t=260s 

Miller, B. (productor). (2019) Infity Train [serie de televisión]. EU. Cartoon Network  Studios. 

Ramirez, C., Jimenez ME, Rivera AE. (2003) Aspectos jurídicos en casos de  transfusión sanguínea en testigos de Jehová. En Gaceta médica de México. 4 (134),  424-426. Recuperado de https://www.anmm.org.mx/bgmm/1864_2007/2003-139-4- 423-426.pdf 

Peabody (2008) Avatar: the last Airbender (NICK) Recuperado de  http://www.peabodyawards.com/award-profile/avatar-the-last-airbender Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871.  Recuperado de http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf01043.pdf