Por Valerio Giancarlo Palomino Cama  y Mariafernanda Valdez Orezzoli, analistas de la Unidad de Psicología del Consumidor de PsychoLAWgy.

“Es una victoria del miedo. No fuimos capaces de dar el paso. Volvimos al mismo punto de 1982, cuando se empezó a negociar [por primera vez] con las FARC”. Ana Cristina Restrepo, periodista y profesora universitaria[1]

Tras aproximadamente cuatro años de negociaciones, el pasado agosto el gobierno Colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) suscribieron en La Habana (Cuba) el “Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera” con el objetivo de terminar una crisis que lleva más de sesenta años y que ha provocado aproximadamente 220.000 muertos en su mayoría civiles[2].

El referido acuerdo contenía medidas respecto a la participación de los ex-guerrilleros en la vida política colombiana, el cese al fuego y las hostilidades bilaterales, el establecimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz, entre otras.[3] Habilitado por la Constitución, el pasado 02 de octubre, el Presidente Juan Manuel Santos solicitó la opinión de los colombianos sobre el acuerdo. Por un estrecho margen, el acuerdo no fue ratificado: 50.21% votaron por el NO y 49.78% por el SÍ.[4]

En este artículo trataremos de explicar brevemente el papel que puede haber jugado el miedo en la elección del NO en la votación del plebiscito.

El miedo como propulsor

La difusión de rumores que sostenían que la FARC tenía planeado la creación de un partido político para acceder al poder e instaurar una serie de reformas institucionales que harían de Colombia un país como Venezuela[5] generó una cadena de acontecimientos guiados por una de las emociones más fuertes y predominantes del ser humano: el miedo.

Éste ha sido descrito como la emoción enemiga de la razón. Si bien a veces la razón puede mitigar las emociones, el miedo tiene la capacidad de apagar por completo nuestro sistema racional en situaciones extremas (Lerner y Keltner, 2001).[6]

Imagínense, ¿qué sucedería en un estadio si es que se desencadena un terremoto durante un partido de fútbol? Las probabilidades son que todos saldrían corriendo hacia la primera salida que encuentren, sin pensar en que son miles de personas y que es literalmente imposible que logren salir todas a través de las puertas a la misma vez. Lo racional sería buscar un lugar seguro cerca y esperar pacientemente a que vayan saliendo en orden cada uno; sin embargo, en ese preciso momento uno teme por su vida, y es el miedo quien gobierna el comportamiento y lleva a la persona a correr hacia la multitud para intentar salir.

Trasladando el ejemplo previo hacia el contexto colombiano se puede analizar cómo es que las actitudes hacia el “No” podrían haberse visto potenciadas por el miedo a que los rumores se hagan realidad, haciendo de éste un voto orientado hacia contingencia y no necesariamente de preferencia ideológica. Al Gore (2004)[7] resalta en este aspecto la importancia de los líderes como guías hacia la opción racional, proveyendo a la población de información que disipe el miedo y de seguridad ante una situación de incertidumbre.

Lamentablemente, se sabe que previo a la votación por el plebiscito se prohibió cualquier campaña de apoyo o de información tanto de las posturas respecto al Sí como al No con el fin de “garantizar la libertad del elector y evitar la manipulación emocional”[8]. Este hecho también puede haber actuado como un agente de expansión del miedo, permitiendo la creación de rumores y frenando la promulgación de información necesaria para que estos sean deslegitimados.

Otro aspecto que explica este comportamiento recae en la capacidad que tenemos como seres humanos de anticipar las amenazas del entorno. Lo interesante es que al identificar estas amenazas, estas no solo se perciben como eventos pasados sino que se recuerdan incluso a nivel cognitivo; es decir, dichas amenazas imaginarias activan las mismas áreas del cerebro que se activaron cuando se codificó el recuerdo, precipitando la respuesta de miedo tal como si la estuvieran viviendo en el momento (Al Gore, 2004)[9]. Por lo tanto, no debemos subestimar el poder del miedo pues genera un malestar físico y emocional que puede ser decisivo en la toma de decisiones ante situaciones consideradas como amenazantes.

Asimismo, es importante mencionar que la activación del miedo (tanto sus componentes físicos como emocionales) pueden darse incluso solo al escuchar testimonios de personas con los cuales el individuo se siente identificado. Esto es importante pues explica el concepto de “traumatización vicaria”, fenómeno que permite la propagación del miedo entre la población y explica por qué es qué poblaciones que no fueron afectadas por la violencia tuvieron incluso mayores niveles de votación en contra de la paz que aquellas que sí fueron víctimas del conflicto guerrillero (Al Gore, 2004).

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Fuente: Diario El País. Así votaron los colombianos. Publicado el 03.10.2016.

Cabe destacar además que el “Marco de Tendencias de Evaluación” (Appraisal- Tendency Framework) propuesto por Lerner y Keltner (2000; 2002) propone que las personas que sienten miedo ante una situación (en este caso serían las víctimas de la violencia) suelen “percibir los eventos negativos como impredecibles y fuera de su control” [10] y suelen tener expectativas negativas sobre eventos futuros. En ese sentido,  los resultados del plebiscito son consistentes con la elección de la opción “menos riesgosa” y que no supone algún cambio, manteniendo a las FARC como el enemigo y bajo la cautela de las fuerzas del Estado.

En conclusión, podemos considerar al miedo como enemigo de la razón. Al anticiparnos ante “probables amenazas”, el miedo nos puede llevar a elegir la opción menos riesgosa. A nuestro entender, el caso colombiano nos demuestra que las experiencias personales de los involucrados en un conflicto interno, toman un papel muy importante dado que aportan una carga emocional y psicológica compleja que los llevará a tener percepciones distintas de la realidad y del futuro al que se enfrentan. La prohibición de campañas informativas y publicitarias por parte del Gobierno Colombiano pudo haber agravado (en vez de haber mitigado) la propagación del miedo.

Finalmente, es importante resaltar que el que se plantee que dicha decisión pueda haber sido influenciada por el miedo, no implica que se considere la decisión por el “No” como completamente irracional, pues reconocemos que existe una racionalidad detrás del miedo que no ha sido desarrollada en el presente artículo ya que esto involucraría la elaboración de un análisis detallado y cualitativo de las experiencias de la población colombiana.


[1] Fuente: “Las razones por las que el «No» se impuso en el plebiscito en Colombia” por Boris Miranda. BBC Mundo. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37537629#share-tools

[2]  El Centro Nacional de la Memoria Histórica reconoce que entregar una cifra específica resulta una tarea difícil. A la recolección y el procesamiento de la información de forma tardía debe agregarse la falta de voluntad política para reconocer la verdadera magnitud del conflicto y los problemas derivados de la dinámica misma de la guerra. Para una mayor información recomendamos consultar el Informe ¡BASTA YA! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional, 2013. Revisado por última vez el 05.10.2016, Disponible:
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/basta-ya-colombia-memorias-de-guerra-y-dignidad-2016.pdf

[3] Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.Revisado por última vez el 05.10.2016.  Disponible:
https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/24_08_2016acuerdofinalfinalfinal-1472094587.pdf

[4] Para una mayor información estadística sobre los resultados del Plebiscito, véase la documentación proporcionada por la Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia. Revisado por última vez el 05.10.2016. Disponible:
http://plebiscito.registraduria.gov.co/99PL/DPLZZZZZZZZZZZZZZZZZ_L1.htm

[5] Tras la firma de los acuerdos de Paz, se garantizaba que las FARC podrían tener un mínimo de cinco escaños en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes durante el periodo del  2018 al 2026.

[6] Lerner, J. S., & Keltner, D. (2001). Fear, anger, and risk. Journal of personality and social psychology, 81(1), 146. Disponible en:
http://greatergood.berkeley.edu/dacherkeltner/docs/lerner.fear.jpsp.2001.pdf Consultado el 06.10.2016

[7]  Gore, A. (2004). The politics of fear. Social research, 779-798. Disponible en: http://www.cbsnews.com/htdocs/pdf/053007_gore_excerpt.pdf. Consultado: 06.10.2016

[8]Véase.http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/piden-al-consejo-electoral-frenar-publicidad-extemporanea-en-plebiscito/16668424 Consultado el 05.10.2016

[9] Gore, A. (2004). The politics of fear. Social research, 779-798. Disponible en: http://www.cbsnews.com/htdocs/pdf/053007_gore_excerpt.pdf. Consultado: 06.10.2016

[10] Corredor, F. P. (2013). JB Watson y la Publicidad, los Inicios de la Psicología del Consumidor. Revista Colombiana de Psicología, 22(2). Disponible en:
https://books.google.com.pe/books?id=dLl2uDSLvLwC&lpg=PA74&ots=KgeDLUkF9d&dq=atf%20psychologY&hl=es&pg=PP1#v=onepage&q=atf%20psychologY&f=false

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